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Los paises mediterraneos (2007), resumen de la conferencia Euromed Audiovisuel, Berlin 2007

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- Sin mucho dinero pero con una energía desbordante

El 10 y 11 de febrero tuvo lugar, de forma paralela a la Berlinale, la primera conferencia del programa trienal Euromed Audiovisuel de la Comisión Europea. Más de un centenar de profesionales participaron en las presentaciones de los diferentes proyectos subvencionados, seguidas, casi siempre, por animados debates.

Remontándonos al abanico audiovisual que va desde la formación hasta la promoción, fue posible obtener una percepción bastante moderada de los heterogéneos panoramas audiovisuales presentes en torno a una iniciativa cuyos medios son insuficientes y cuya caducidad está por fijar.
Nabil Ayouch, director marroquí de la excelente Ali Zaoua y fundador del programa MEDA Films Development, ha recordado una verdad que transciende las orillas del Mediterráneo, insistiendo en la importancia del desarrollo. Inspirado en programas financiados por el MEDIA, como EAVE o ACE, las formaciones Euromed permiten a profesionales ya activos, recibir formación por parte de profesionales con más experiencia. Un método de trabajo que ha tenido ya varios ensayos en Europa y del que los jóvenes productores o directores del sur de la cuenca mediterránea han sabido sacar provecho, como es el caso de los libaneses Pierre Sarraf y Nadim Tabet.

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La producción es el reflejo más flagrante de las disparidades entre los países del sur del Mediterráneo. Varios países se apoyan en una producción nacional con un volumen interesante y con una cuota de mercado nacional consecuente: Marruecos produjo 16 películas en 2006, y se distribuyeron 28 películas nacionales alcanzando una cuota de mercado del 18,2% ; Egipto produjo 39 películas en 2006, 35 fueron distribuidas logrando el 80% de espectadores; Israel produjo 17 películas en 2005, 14 fueron distribuidas con un 9% de cuota de mercado; finalmente, Turquía, produjo 50 películas en 2006, y se distribuyeron 34 títulos nacionales a través de una amplia red de salas de cine logrando una cuota de mercado de 51,83%, que haría palidecer a los países europeos.
Otros países sufren dificultades estructurales y políticas que constituyen un freno al desarrollo de un cine nacional. Siria depende todavía de un modelo heredado de la época soviética, Argelia ha visto disminuir poco a poco su número de salas tras la retirada del poder público a finales de los años 80, el Líbano se esfuerza por encontrar el resurgimiento tras la guerra, la Autoridad Palestina es demasiado joven y tiene otras urgencias que arreglar antes de poder estructurar su séptimo arte, Túnez vive un control estatal demasiado rígido como para poder liberar las fuerzas creativas de sus artistas.
Este último país, así como Jordania, ha concentrado especialmente sus esfuerzos en desarrollar la acogida de rodajes extranjeros en su territorio, tomando así parte en una competición desde ahora mundializada.

Frente al poder político a menudo omnipresente en la región, los testimonios cruzados de Nour-Eddine Saïl, director del Centro de cine marroquí (CCM) y de Katriel Schory, director del Israel Film Fund, han conquistado al público. Hablando sobre las cuestiones tunecina y siria, en torno a la necesidad de un Centro nacional de cine para poder desarrollar una cinematografía moribunda, los dos han hecho lo mismo cuando han tomado posesión de su cargo: tomar como modelo el CNC francés, especie de paradigma internacional así como el ejemplo surcoreano. Insistieron también en la necesidad de una estructura de administración del sector audiovisual que permita una autonomía total de decisión. Aunque actualmente es bastante dudoso que la mayor parte de los países mediterráneos reúnan todas las condiciones para que este modelo de desarrolle…

El dinero es hasta tal punto, el centro de las preocupaciones de todos los profesionales del cine mundial, y en especial de los descendientes de países con una economía frágil, que nos podemos preguntar, si las mejores intenciones no son en realidad, falsas buenas ideas. Preguntarse por el establecimiento de un fondo en la Unión Europea para ayudar a la producción de películas del sur del Mediterráneo depende en parte de las demandas caritativas, ya que el programa Euromed Audiovisuel II (así como el Programa MEDIA) intervienen en todos los dominios excepto justamente, en el de la producción. Del mismo modo, el deseo de abrir los fondos Eurimages del Consejo de Europa a los países del Sur volvería a poner en contra a los profesionales europeos diluyendo así, su poder de acción…
Más allá de la cuestión de la factibilidad, existe una verdadera paradoja entre ciertos profesionales del Sur que pidiendo más dinero al norte, se quejan de un sistema neocolonialista, en efecto, algo no tan lejano, dadas las condiciones de ciertos fondos. La mesa redonda del World Cinema Fund, cuyos debates serán publicados próximamente en Cineuropa.org, también dieron la palabra a los profesionales del Sur, con el objetivo de intentar responder a una pregunta que los europeos deberían plantearse más a menudo: ¿hacemos realmente lo que hay que hacer?

Seguramente los medios sean insuficientes, pero siempre lo serán. Tras dos días de intensas discusiones casi se olvida que el cine son, en primer lugar, historias contadas por directores cuya visión del mundo tiene que ser capaz de conectar con un público. Al fijarse en el número de salas que albergan ciertos países, la batalla podría parecer perdida para los más pesimistas, y la promoción de las cinematografías euro-mediterránea así como la educación de los públicos se parecen muchas veces, a la roca de Sísifo…Pero la increíble energía de los dos argelinos, el director Tariq Téguia (autor de Roma Rather Than You con un presupuesto de cerca de 200.000 euros) y el distribuidor Mohammed Latrèche, están ahí para recordarnos que lo que cuenta ante todo es actuar, hacer películas y mostrarlas al público, cueste lo que cueste. ¿Albert Camus no escribió que "hay que imaginarse a Sísifo feliz"?

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