Akseli Koskela es el hijo de un campesino incapaz de asumir el papel de sirviente fiel y humilde que las clases altas esperan de él. Al contrario que las generaciones anteriores, que no tenían más alternativa, Askeli empieza a soñar con la libertad y el derecho a tener sus propias tierras, las ideas que proclaman los nuevos movimientos de la época. Así, se une al gremio local, dirigido por el sastre del pueblo, Halme. Las ideas moderadas y pacifistas de Halme no terminan de convencer a Akseli que se une a la Guarda Roja, una organización que busca imponer por las malas lo que las clases obreras no consiguen por las buenas: el derecho a los frutos de su propio trabajo.