16/06/2009

El joven cineasta flamenco Pieter Van Hees estará presente en el Festival de Karlovy Vary con Dirty Mind [+lee también:
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ficha de la película], el segundo título de una trilogía sobre el amor y el sufrimiento. El tercer capítulo, The Waste Land, ya está en preparación.

Cineuropa: Dirty Mind ha sido seleccionado en Karlovy Vary. Desde hace unos años, la presencia del cine flamenco en los certámenes cinematográficos es cada vez mayor.
Pieter Van Hees: El cine flamenco llega desde hace tiempo a los grandes festivales, con autores como Dominique Derrudere, Marc Didden o Frank Van Passel, que obtuvo la Cámara de Oro. Actualmente una nueva generación surge en la escena internacional. Nos conocemos y algunos somos incluso amigos. Cada uno de nosotros tiene su propio universo, pero es cierto que algunos temas atraviesan nuestras respectivas filmografías, historias de amor bastante tristes que coinciden. Pero creo que el principal valor que compartimos es la urgencia. Para nosotros, hacer cine no es una profesión, sino una cuestión de vida o muerte. No es fácil hacer cine aquí, nos enfrentamos con frecuencia a dificultades financieras, pero al final el objetivo es transmitir emociones. Por otra parte, creo que mi generación está muy influenciada por el teatro flamenco. La interpretación se aborda de una manera un poco diferente, a la búsqueda de una cierta verdad emocional, sin pasar sin embargo por largas fases de investigación preliminares.

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¿Comparte algunas afinidades con los realizadores belgas francófonos?
Pienso que las distinciones se hacen en Bélgica, pero que en el extranjero todos nuestras películas entran en la categoría del cine belga: Dirty Mind, Aanrijding in Moscú [+lee también:
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ficha de la película] o Eldorado [+lee también:
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ficha de la película] no son más que distintas facetas. Sentimos una cierta admiración por el cine valón, que parece defender de manera un poco más sistemática a los autores. Puedo identificarme con los temas y la manera de tratar los personajes de Bouli Lanners o Joachim Lafosse.

Estás considerado un autor de cine de género, ¿estás de acuerdo?
No creo que haga películas de género. En el centro de mi deseo de rodar están en primer lugar los personajes. Cuando hablo de una joven enclaustrada en su angustia, mi película se vuelve un thriller, y cuando hablo de un hombre cuya personalidad se duplica me dirijo hacia la comedia. Pero al final todas las películas son películas de género. El cine de autor es un género. Para mí, el personaje preexiste y determina el estilo de la narración. Lo más divertido de este concepto de género es poder utilizarlo para sorprender o satisfacer las expectativas del público. Lo que me inspira por encima de todo son los destinos de los personajes, los de El cazador, Toro salvaje, Apocalypse Now, o Diego Maradona, un muchacho sumamente talentoso, una ingeniería del fútbol que hizo soñar a muchísima gente y, al mismo tiempo, un hombre violento perdido en la droga.

Dirty Mind es el segundo capítulo de una trilogía sobre el amor y el sufrimiento. ¿Y el tercero?
He recibido una ayuda para la escritura del guión en enero, y acabo de terminarlo. La película será producida por Epidemic, la compañía de Koen Mortier y Eurídice Gysel. Left Bank [+lee también:
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ficha de la película] era sobre el amor de una joven de 22 años, Dirty Mind era una historia de amor de adultos treintañeros. The Waste Land mostrará el final de una historia de amor, un policía cuya pareja está en crisis, que vive en una ciudad en crisis. La historia se inspira libremente en el poema de T.S. Eliot, ambientado en Londres después de la Primera Guerra Mundial. Quise ambientarla en Bruselas y retratar esta ciudad, poco vista en el cine, en su diversidad, cultural y lingüística.