29/04/2010

Una vez obtenido el título en Dirección de la FEMIS de París, Daniel Burlac trabajó como responsable de publicidad en el primer largometraje de Cristian Mungiu, Occident, y en The Death of Mr Lazarescu [+lee también:
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ficha de la película], de Cristi Puiu. Posteriormente fue responsable de producción en la ganadora de la Cámara de Oro 12:08 Al este de Bucarest [+lee también:
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entrevista: Corneliu Porumboiu
entrevista: Daniel Burlac
ficha de la película], de Corneliu Porumboiu, y, después, productor asociado de la ganadora de la Palma de Oro 4 meses, 3 semanas y 2 días [+lee también:
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entrevista: Cristian Mungiu
entrevista: Oleg Mutu
ficha de la película]. Su proyecto más reciente es la primera película de Bogdan Apetrei, titulada Outskirts.

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Cineuropa: Está a punto de concluir la postproducción de Outskirts. ¿Qué detalles del proyecto puede revelarnos y cuál ha sido el mayor reto que les ha supuesto?
Daniel Burlac: Outskirts es un proyecto de Saga Film en el que tomo parte como delegado de producción. Está dirigido por Bogdan Apetrei, un hombre muy talentoso que se licenció en la Universidad de Columbia, igual que Florin Serban. La película se basa en una historia de Ioana Uricaru y Cristian Mungiu y el guión fue escrito por Tudor Voican y Bogdan Apetrei. La fotografía es de Marius Panduru, que, una vez más, ha hecho un trabajo magnífico.

En cuanto al reparto, Ana Ularu desempeña un papel importante, al igual que Andi Vasluianu, Mimi Branescu y Ioana Flora, quienes dan vida a unos personajes asombrosos. El reto fue contar con un nuevo director y demostrar una vez más que algo se cuece de verdad en Rumanía, por lo que los espectadores deberían acostumbrarse a esta nueva generación de talentos.

¿Cuál es, en su opinión, el mayor problema al que se enfrenta la industria cinematográfica rumana?
¡No tenemos industria! Creo que solo tenemos una buena simiente para Rumanía y nuestra región. El mayor problema era y sigue siendo que hay muy pocos cines y muy pocas ayudas por parte de aquellos que deberían contribuir y promover el fenómeno mundial que es el cine rumano en la actualidad. Los mejores actores con los que he trabajado han sido los políticos. Prometieron justicia y los creímos. ¡Buen trabajo, chicos! Menudo show. No disponemos de una estrategia cultural a largo plazo que nos permita hacer bien nuestro trabajo y dejar de improvisar de una vez por todas. Hay muchos problemas... Mira, hay un dicho aquí que dice: «Necesito tantas cosas que no echo de menos nada.» Y así estamos.

¿Qué hay de las ventajas? Después de todo, el cine rumano ahora está muy de moda.
La ventaja es que podré contar a mis nietos que yo formé parte de todo esto. No, hablando en serio: ahora podemos sentarnos con cualquiera en Europa, hablar de alguna coproducción y resultar interesantes y convincentes.

¿Por qué Rumanía no tiene éxitos de audiencia como, por ejemplo, Bienvenidos al norte [+lee también:
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ficha de la película] en Francia?
Somos muy ambiciosos y nos olvidamos de que la audiencia no está compuesta solamente por aquellos que leen Dilema Veche [la revista cultural más importante de Rumanía]. Hay diferentes perfiles de espectador y nunca pensamos en ello. No obstante, es difícil ofrecer un entretenimiento sin sentir vergüenza, igual que es difícil seducir a espectadores cuando no tienes dinero. En cualquier caso, creo que pronto tendremos un éxito nacional de taquilla. ¡Lo presiento!

En una industria cinematográfica en la que un proyecto de dos millones de euros se considera un «taquillazo», ¿tiene algún proyecto de ensueño, una película que querría pero que no ha podido hacer por falta de presupuesto?
Sí: una película para niños, que también me gustaría dirigir. Algo parecido a los cuentos de hadas que nuestros abuelos nos contaban cuando éramos pequeños.

¿Qué puede contarnos de sus próximos proyectos?
Tengo un proyecto muy bonito en Albania que dirige Robert Budina. En el reparto se encuentran Billy Zane, Asia Argento, Arta Dobroshi y [Eric] Cantona. Es una coproducción entre Francia, Rumanía, Grecia y Albania. También produciré la próxima película de Ruxandra Zenide y un documental con Amos Gitai, que rodaré este año con la suiza Elefant Films.