30/09/2010

En sus años de estudio en la Academia alemana de cine y televisión (dffb) de Berlín en la década de los ochenta, Heino Deckert no habría creído que se convertiría en una figura respetada internacionalmente en el mundo de los documentales, ni de que haría carrera como productor. «Lo único que no hice en la dffb fueron documentales», recuerda. «Trabajé más en el ámbito de películas experimentales y cortometrajes. Nunca pensé en convertirme en productor, pero mis compañeros me mentaban los estudios de derecho que había realizado previamente y me convencieron para que me dedicase a esta labor.»

En 1991, Decket constituyó la productora ma.ja.de. filmproduktion con dos socios. El nombre de la empresa se compone de las primeras dos letras de los apellidos de los tres cofundadores. Más adelante vio que la coproducción internacional era la estrategia correcta para la clase de películas que deseaba producir, ya se tratara de una producción de German Films con financiación extranjera o de un socio alemán que participa en los proyectos de directores de otros países.

Esta dimensión internacional se vio aumentada cuando Decket participó en el programa de formación de productores EAVE –del programa MEDIA– en 1995; allí trabó amistad con algunos productores como Jens Meurer, Leontine Petit, Peter Brosens, Liam O’Neil y Sigve Endresen. Como resultado de esta red paneuropea surgió, entre otras cosas, la creación de una cooperativa d.net que reúne a siete productores que, desde entonces, han colaborado en 30 coproducciones internacionales en los últimos 15 años.

De esta colaboración nació un agente de ventas (d.net sales). Deckert la dirigió desde Leipzig y, desde 2003, fue el único responsable de las operaciones de venta realizadas bajo el nuevo nombre Deckert Distribution. «Nos adelantamos unos diez años al creer que Internet sería la red de distribución de nuestras películas. Hemos incluido muchas películas en nuestro catálogo, pero la promesa de Internet no cuajó como la gente esperaba en un principio. Por ello, reestructuré la filial de ventas con un catálogo cinematográfico mucho más reducido», explica Deckert.

En 2005, Deckert fundó ma.ja.de. fiction para producir largometrajes a nivel internacional bajo el lema «Documentary Filmmakers Go Feature» [los directores de documentales se pasan a la ficción]. Deckert recuerda que «lo había estado pensando durante un tiempo: quería trabajar en proyectos de ficción con directores de documentales que están a caballo entre ambos formatos. Este precario equilibrio es patente en gente como Peter Brosens, Jessica Woodworth y Sergei Loznitsa, y en Alemania en alguien como Thomas Heise. Las películas podían rodarse en la estepa mongola, en los Andes peruanos y en Ucrania y se convertían en retos geográficos y temáticos para nosotros. Sin embargo, con los largometrajes tenemos mucha más libertad y la financiación funciona de distinta manera».

Deckert afirma que «las películas por las que ma.ja.de. apuesta son obra de autores: películas con un toque y un estilo distintivos de personas que quieren conseguir algo; películas que buscan la vida en los cines».

El primer proyecto que se produjo bajo la nueva etiqueta ma.ja.de. fiction fue Khadak [+lee también:
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entrevista: Jessica Woodworth
entrevista: Jessica Woodworth
ficha de la película], dirigida por Peter Brosens y Jessica Woodworth, presentada en el festival de cine de Venecia en 2006 y ganadora del León a la mejor ópera prima en este certamen. Tres años después, el segundo largometraje de Brosens y Woodworth, Altiplano [+lee también:
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ficha de la película], fue invitada al festival de cine de Cannes en 2009 y ha ganado popularidad en el circuito festivalero durante los últimos 12 meses.

Más complicado resultó aumentar la financiación de ma.ja.de. fiction para su tercer largometraje: My joy [+lee también:
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ficha de la película], de Sergei Loznitsa, en concurso en Cannes en 2010. Deckert recuerda que «parecía obvio que, dada la historia que relata la película, nuestra intención fuera coproducirla con Rusia, pero fue todo un dilema: a menudo estábamos cerca de conseguir el dinero pero nunca terminábamos de conseguirlo, por lo que, al final, tuvimos que dirigirnos a Ucrania».

Deckert mira hacia el futuro y ve probable que su empresa siga haciendo películas de ficción, una o dos al año, y menos y más grandes documentales de los que ma.ja.de. ha venido haciendo en el pasado, a un ritmo de 15 por año. Para que todo esto se lleve a cabo, Deckert ya empezó a reestructurar su empresa para estar listos para afrontar los desafíos del futuro y las oportunidades que ofrece el mercado internacional del cine de ficción.