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Lars von Trier • Director

La colisión von Trier

por 

- The Danish director answered questions from the international press following the premiere of Melancholia, in Competition at the 64th Cannes Film Festival.

Escoltado por sus actrices protagonistas, Kirsten Dunst y Charlotte Gainsbourg, el cineasta danés Lars von Trier ha respondido con su acostumbrada desconfianza y sus enigmáticas declaraciones a las preguntas de los periodistas acreditados tras la proyección de Melancholia [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Lars von Trier
ficha de la película
]
, en competición en el 64° Festival de Cannes. La rueda de prensa terminó con los patinazos del director sobre el nazismo, que le valieron al día siguiente la exclusión del festival (leer más).

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¿Por qué razón decidió hacer una película sobre el fin del mundo?
Lars von Trier: En realidad no es una película sobre el fin del mundo, sino una película sobre un estado de ánimo. He pasado por fases melancólicas en bastantes ocasiones. La melancolía existe en el arte que me gusta y forma parte de todas las formas arísticas consagradas. Está ligada al deseo, al anhelo; eso es lo especial de esta película, ligeramente distinta a las demás que he hecho: desde el principio hay elementos de deseo, de enfermedad, de drama. Hay diferentes tipos de películas. En general, uno va a verlas para saber el final. Yo no estoy de acuerdo con esta idea: a menudo sabemos el final antes de tiempo, como cuando vemos una de James Bond, que sabemos que va a sobrevivir. Solo queremos ver cómo acaba exactamente, cómo reaccionan los personajes a lo largo de la cinta. Pensé que era interesante presentar todo esto con claridad desde el principio, dando a conocer el final de la historia. En películas de este tipo, uno cree que sabe cómo se va a acabar la película pero espera equivocarse.

¿Por qué el personaje de Justine que interpreta Kirsten Dunst vive tan malamente su matrimonio?
El matrimonio le provoca cierta melancolía, aunque ella ya estaba en este estado antes, de mal humor. Espera que el matrimonio la ayude y dé estabilidad a su vida, pero no es así. Hablamos mucho con Kirsten Dunst de la forma en que debíamos presentar la depresión y se las arregló muy bien, sobre todo cuando mira a la gente directamente a la cara.

¿Como en la cabaña mágica de la película, el arte es el refugio?
Actualmente estoy estudiando el conflicto entre las iglesias occidentales y orientales, entre la iglesia católica y la ortodoxa. Esta última admite un mayor placer; aquella da pie más bien al sufrimiento, al dolor, la crucifixión. Se necesita una luz divina que transfigure. Para mí, la luz es el cine o podría ser el cine. Veo películas a menudo y e menudo estoy al borde de las lágrimas porque veo la luz divina. Cuando Jesús corona la montaña, ve la luz y en esa luz, quizá no hay tanta esperanza, sino más bien vida. Si una película aporta esos elementos... Algunas de mis películas preferidas me otorgan esa luz. Soy un hombre al que le gustan las nociones del sufrimiento, del dolor, de la culpabilidad, pero también está la otra cara de la vida, ese lado luminoso que el cine puede mostrar. El planeta Tierra está al borde del expolio y la destrucción, pero no es algo traumático: de todas formas, todos vamos a morir un día u otro.

¿Qué papel ha desempeñado usted en la fotografía?
Hay diferentes encuadres, estilos distintos, pinturas alemanas, prerrafaelistas... Puedo ir a buscar en mi pequeño disco duro lo que cuadre mejor con la película. Y luego, por supuesto, está la inspiración de grandes directores como Antonioni y Tarkovski.

¿Está contento con la película?
Sí. Ha sido un verdadero placer rodarla. La música de Wagner también nos ha llevado un poco. En cualquier caso, todo ha terminado siendo quizá demasiado romántico. Está bien, pero dadas las prisas no me interesaba tanto el romanticismo. La verdad es que ya no estoy seguro, tal vez la película no valga nada. Espero que sí, pero...

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