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Michel Ocelot • Director

“Los cuentos son mi lenguaje”

por 

- Animación, 3D, historias y filosofía del narrador: el director francés ha desvelado en Berlín la receta de sus Cuentos de la noche.

El maestro de la animación Michel Ocelot, acompañado por sus productores Christophe Rossignon y Philipp Boeffard, explicó a la prensa internacional por qué realizó Cuentos de la noche [+lee también:
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en 3D, proyectada en competición en la Berlinale en 2011.

Usted viene del mundo de la animación tradicional. Sin embargo, optó por las 3D en Cuentos de la noche. ¿Considera que es una moda pasajera o una revolución?
Michel Ocelot: En primer lugar, hablar de "mi estilo tradicional" es olvidar que no tenía dinero. Intento probarlo todo, pero siempre y cuando pueda permitírmelo. Realicé Azur y Asmar [+lee también:
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en "3D total" (n.d.r.: no en relieve); luego, volví a utilizar imágenes simples en teatro de sombras; y, de repente, llegó la moda del 3D y me dije que quería probarlo también. Me divertí mucho con mi equipo. ¿Va a durar esta tendencia? En cierto modo, se trata de un sistema muy arcaico, por la necesidad de las gafas y los límites de la pantalla, algo de gran importancia que, en cambio, con las imágenes tradicionales, no se tiene en cuenta. Creo que las 3D evolucionarán, pero terminaremos olvidándonos de ello como nos olvidamos de los colores (ahora, ya no nos damos cuenta de que están allí). Lo importante es tener algo que decir y que pueda ser útil para la gente. La tecnología es un aspecto secundario, aunque es también una fuente de inspiración.

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Todas sus obras demuestran la fascinación que siente por los cuentos
Los cuentos son mi lenguaje. Me siento como pez en el agua y puedo sumergirme en cuentos de todos los rincones del mundo; pero nunca los adapto. Tomo algunos elementos aquí y allí, los absorbo y hago con ellos lo que quiero. Los cuentos son maravillosos: si se tiene un problema, es muy fácil hacerlo desaparecer. Puedo hacer surgir de mí todas las edades de la vida, pero no analizo ni calculo: dejo que las cosas vengan naturalmente, me diviertan y me hagan desear divertir a los espectadores. Leo y releo una y otra vez el guión, me corrijo y, justo después, filmo.

¿Cuánto tiempo le llevó hacer la película?
Todas las historias estaban listas porque habían sido escritas hace mucho tiempo, cuando yo no tenía trabajo. Con buenos ordenadores, con buenos técnicos, con buenos animadores y las siluetas en sombra chinesca, se puede avanzar muy rápidamente. La película nos llevó un año, pero sin las siluetas, no habría sido posible ir tan rápidamente. También encontré varias facilidades en el ordenador, pero las empleé con sencillez, sin tratar de impresionar.

Los colores son excepcionales. ¿Cómo los trabajó?
Una de las ventajas del ordenador es que el color es sumamente rico y fácilmente manipulable. Para cada decorado hay innumerables posibilidades y podemos permitirnos todo con la paleta gráfica.

¿Se puede considerar que hay una escuela francesa moderna de la animación?
Hay una especie de nacimiento de una edad de oro de la animación en Francia. Las escuelas son excelentes y los estudiantes en animación me sorprenden. En Francia, nos sentimos sin duda más libres y más fuertes para trabajar con espontaneidad. Por mi parte, siempre fui independiente. Jamás procuré imitar a los japoneses o a los estadounidenses, aun gustándome su trabajo.

¿Qué mensajes desea transmitir a través de su arte?
Soy un narrador de cuentos, por lo que hay necesidad de esconderse. Uno de los placeres del cuento es tener un narrador y jugar con los espectadores. Uno de los placeres del teatro es esperar que la cortina se abra. Hay un lado artificial que hay que mantener. No me gusta mentir: lo que muestro es pura invención. No escondo que las inventé y las muestro incluso cuando las estoy inventando. El cuento funciona así: jugamos juntos, fingimos juntos y, poco a poco, sentimos cosas auténticas juntos. También está el placer del espectáculo; es un mundo fascinante que funciona cuando se sabe que estamos juntos y que un cuerpo va a abrirse con algo en el interior. Es algo muy distinto, mucho más que una simple imitación de la realidad.

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