30/04/2012 - El productor barcelonés nos cuenta su trayectoria, desde sus inicios en el mundo de la música hasta su actual cargo de productor de Zentropa International Spain

Echando un vistazo a su trayectoria, es más fácil decir los sectores donde David Matamoros no ha trabajado que donde sí lo ha hecho. Desde la licenciatura en Derecho y los inicios en el mundo de la música hasta su actual cargo de productor de Zentropa International Spain, ha pasado por la televisión, la formación (enseña producción, marketing y distribución en la ESCAC de Barcelona), los estudios de sector (coautor del Panorama Audiovisual de EGEDA de 2002 a 2004), el sector público (responsable de coproducciones de Catalan Films & TV entre 2005 y 2007) y la producción (en la compañía Benecé, donde produjo entre otras Ingrid [+lee también:
tráiler
ficha de la película], de Eduard Cortés, y Los Condenados, de Isaki Lacuesta). Sus próximos proyectos son Menú Degustació, de Roger Gual, y Vulcania, de José Skaf.

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¿Cuál fase de la producción de una película te resulta más gratificante?
David Matamoros: La fase creativa me parece mágica. Poder trabajar codo con codo con el director y los guionistas me parece apasionante. Es un momento de libertad absoluta, de evasión y victoria. Cuando estás creando parece que no haya límites.

¿Qué pasó por tu cabeza cuando te propusieron dirigir la división española de Zentropa?
Su llamada me cogió por sorpresa y me dejó con una sensación de pánico escénico y excitación, justo en un momento de crisis personal. Peter Aalbaek Jensen es una de las personas más inspiradoras y generosas que conozco; las productoras que trabajan en Zentropa son impresionantes a nivel humano y profesional: Sisse, Louise, Meta, Madeleine, Maria, Bettina, Liisa... Era una gran oportunidad para tener una fuente de inspiración, de energía positiva. Tras pensarlo, decidí arriesgarme e intentar ser parte de la familia Zentropa, poder aprender de ellos, a la vez que aportar mi mirada mediterránea de la vida.

¿Cuál es vuestra línea editorial?
Es un tema de creación ejecutiva: intento mezclar la emoción y la racionalidad del mercado. Un guion tiene que aportar algo a nivel emotivo; es la única manera de poder devolver algo a la sociedad. Pero sin olvidar las reglas del mercado. Sé que si un proyecto me inspira, se convierte en una cadena y podré ser capaz de encontrar una viabilidad. No todos los proyectos son para todos los productores. Ni todas las películas son para todos los distribuidores.

La producción española atraviesa un momento de gran incertidumbre. ¿Cómo ves la situación?
La felicidad no depende de la realidad sino de la interpretación que hacemos de esta. A mayor negativismo, menos opciones se abren. Intento aplicar una visión optimista; ya ha pasado antes: parece que es el fin de todo, pero luego pasa la tormenta.
Pero es una irresponsabilidad política no ofrecer alternativas. La inversión en cine es una buena decisión por el retorno financiero que devuelve, entre otras cosas. No hay nada más poderoso que una idea. Invertir en cine es invertir en industria, cultura, puestos de trabajo, futuro.

¿Qué expectativas tienes de cara al evento Producer on the Move?
Me hace mucha ilusión. Otros compañeros han pasado por ahí y el tiempo demuestra que es una buena iniciativa. A corto plazo está ver tu cara en varias publicaciones en Cannes; pero, cuando te alejas del foco mediático, es cuestión de establecer relaciones con todos aquellos que son y han sido Producers on the Move. A medio y largo plazo se convierten en tu familia europea, en tus referentes, en gente de confianza a la que poder acudir. Lo bueno es que todo el mundo quiere trabajar y hacer cosas. Con ese espíritu, se encuentran posibilidades.