11/04/2013 - Entrevistamos a François Cohen-Séat, coproductor y distribuidor francés para Art’mell de la película de dibujos animados en 3D Blackie & Kanuto

Coproduit par l’Espagne, la France, l’Italie et la Belgique, La película de dibujos animados en 3D Blackie & Kanuto [+lee también:
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ficha de la película], dirigida por Francis Nielsen (que ya dio que hablar con Le Chien, le général et les oiseaux) y coproducida por España, Francia, Italia y Bélgica, llegará el próximo 17 de abril a los cines franceses. Entrevistamos a François Cohen-Séat, responsable de la parisina Art’mell, que coprodujo y distribuye (junto con Zootrope) esta cinta en Francia.

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Cineuropa: ¿Cómo entraron ustedes en el proyecto Blackie & Kanuto?

François Cohen-Séat: Conocí a los chicos de la española Baleuko durante un foro de coproducción en Bilbao. Ellos no tenían más que un guion y algunos dibujos de los personajes principales. Les propuse entrar en coproducción y buscar conjuntamente socios y un director francés: Francis Nielsen. A continuación, para completar la financiación, lo cual no fue fácil con un personaje que no sonaba a nadie de antemano, nos asociamos con la italiana Lumiq. Por último, encontramos como complemento Belvision (del grupo Dupuis) en Bélgica. La película se ha hecho en los cuatro países, exceptuando la animación de base, que se ha realizado en China, donde formé un equipo con socios chinos para desarrollar coproducciones entre China y Europa. Entrando más en detalle, diré que el diseño se desarrolló en España; el guion, el storyboard y la animática se hicieron en Francia; la preproducción, en Baleuko; la animación propiamente dicha, en China; el compositing de nuevo en las instalaciones de Baleuko; el lighting en Italia; la posproducción de imágenes, en Francia, y el sonido y el trabajo de laboratorio, en Bélgica.

¿Resultan insoslayables las coproducciones europeas en un mercado, el de la animación, que parece cada vez más complicado?

Es muy difícil montar una película de dibujos animados cuando no se dispone de un mercado lo suficientemente grande para cubrir presupuestos como el nuestro, que gira en torno a los siete millones de euros. Estos son tiempos delicados para sincronizar cuatro países y sus respectivos sistemas de ayudas. Actualmente, es complicado acceder a las fuentes de financiación y a los círculos que toman las decisiones. La situación de las televisiones vuelve aún más complejo el asunto. Son los acompañantes habituales de programas como los dibujos animados, pero Lumiq, por ejemplo, jamás consiguió una respuesta favorable de la RAI a lo largo de todo el proceso.

¿Qué proyectos tiene por delante Art’mell?

Trabajo en el desarrollo de una serie de televisión que es una transposición moderna de Cándido, de Voltaire. Cuando uno relee ese cuento y sigue las peripecias y el descubrimiento del mundo a cargo del protagonista, uno se sorprende por los paralelismos que tiene con nuestra época y los problemas que atraviesa Europa. Por otra parte, tengo intención de volver tras las cámaras para dirigir Le MarYor, que cuenta la historia de un artista que rechaza la sociedad tal y como es hasta el extremo de crear una escuela alternativa, primero, y, después, rehacer su vida en el mundo de la música. Este tema guarda relación con temas actuales como el sistema educativo, la economía y entra perfectamente en la línea editorial de Art’mell. Lo que más me interesa son los asuntos relacionados con la diferencia y la excepción, tratados de maneras diferentes, ya sea Il sera une fois… [+lee también:
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ficha de la película], de Sandrine Veysset (2007), o Sous les bombes [+lee también:
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ficha de la película], de Philippe Aractingi (2008) o incluso Blackie & Kanuto: esta fábula de la oveja negra en una famila de ovejas blancas.