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André Cruz Shiraiwa • Director

“Ni productores ni exhibidores arriesgan hoy fácilmente”

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- De origen brasileño, pero afincado en Barcelona, André Cruz Shiraiwa ha debutado en el largo con L'altra frontera, que ha competido en la Sección Oficial de Sitges

André Cruz Shiraiwa  • Director

De origen brasileño, pero afincado en Barcelona, el cineasta André Cruz Shiraiwa ha debutado en el largo con L'altra frontera [+lee también:
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, la segunda película catalana -junto a La distancia [+lee también:
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, de Sergio Caballero- que ha competido en la Sección Oficial del Festival de Sitges. Cineuropa ha hablado con él.

Cineuropa: Parte del equipo es debutante... ¿esa energía ayuda a la hora de enfrentarse a las dudas o las acrecienta?
André Cruz Shiraiwa: Ayuda ese entusiasmo, aunque se nota la falta de experiencia a la hora de resolver problemas y actuar con velocidad en situaciones difíciles. Lo que ahoga la creatividad es el exceso de autocrítica o el desprecio de algunos lectores de guión, pues merma la energía. Creo que las dudas son excelentes cómplices: te mantienen alerta y permeable.

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¿Se ha visto obligado a improvisar sobre la marcha o se han tenido que cambiar cosas durante el rodaje o montaje?
Sí a todo. Hemos tenido que improvisar por gusto, por falta de tiempo y de recursos. Hemos cambiado en rodaje y en montaje: en este último proceso hemos cambiado más cosas de las que me gustaría.

¿Por qué contar una historia tan crítica con nuestro tiempo?
Prefería dar una visión crítica o, mejor dicho, cruda, que no hacer un mero entretenimiento diseñado para la evasión.

Según muestra en su película... ¿tan insensibles somos a los problemas de los que no son como nosotros?
No creo que seamos insensibles a los problemas ajenos, aunque tampoco nos preocupa demasiado lo que le pase a la gente de otros entornos. A lo que realmente somos insensibles -en general- es a los problemas que nos genera el sistema a lo largo de nuestra vida. No hablo de recortes o desahucios, sino de la esclavitud a la que nos sometemos para intentar pertenecer a un estatus social... Creo en aquello de que al revisar tu vida en el lecho de muerte, puedas sonreír por los aciertos y también por los errores, pero ojalá no tengas que arrepentirte por haber vivido lo que dictaban comerciantes y publicistas.

¿Hasta dónde llega el límite humano de convertir en show cualquier desgracia?
Ese límite es otra de las fronteras que nos rodean: ¿Tan fácil es atravesarla? ¿Qué pasa con el pudor? ¿Dónde está el límite? Creo que lo ponen los comunicadores y el público.Es común oír: "Sí, producimos basura, pero es lo que el público quiere ver". No estoy de acuerdo, creo que esa actitud no ayuda... pero la actitud de alguna gente, que no cuestiona la calidad moral del espectáculo al que asiste, tampoco. A esto basta sumarle el lamentable hecho de que el cine es carísimo, con lo que productores o distribuidores no arriesgan fácilmente, más bien se refugian en una repetición de patrones, además de cierto adoctrinamiento, principalmente en TV, hacia lo soez.... O sea, sólo el propio ser humano es capaz de definir ese límite.

¿Y qué somos capaces de hacer por un premio?
Los premios son una mierda, están amañados y siempre hay tongo, excepto cuando te lo dan a ti: entonces es un premio merecido, justificado, que impulsa tu carrera...

¿Se puede combinar denuncia social y espectáculo sin resultar aburrido?
Ojalá, ése es el gran reto. Pero... ¿qué es espectáculo? ¿Lo es El Silencio de Lorna [+lee también:
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? A mí no me parecen aburridas. Me aburre soberanamente Matrix 3, Tron 2 y muchas pelis de superhéroes. Pero lo que no soporto son los 20 minutos de tiroteo, con armas cada vez más poderosas, del final de las pelis de acción. Para mí, nada más lejos del espectáculo que eso.

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