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Cristina Comencini • Directora

"Latin Lover è un omaggio al cinema da cui veniamo tutti"

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- La directora Cristina Comencini habla de su nueva comedia, Latin Lover: un homenaje a los actores que hicieron grande el cine italiano

Cristina Comencini  • Directora
Cristina Comencini (a la derecha) con Virna Lisi, en el plató de rodaje de Latin Lover (© Piero Marsili Libelli)

Cristina Comencini regresa con una comedia cuatro años después de la dramática Quando la notte [+lee también:
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. En ese intervalo de tiempo, ha publicado dos novelas. Hoy es el día en que 01 Distribution estrena Latin Lover [+lee también:
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: una producción de Lionello Cerri con RAI Cinema que constituye un atento homenaje a los actores que hicieron grande el cine italiano. Para ello, Comencini se sirve de un conspicuo reparto europeo, coronado por la última interpretación de Virna Lisi, fallecida pocos días después de dar por concluido el rodaje, el pasado mes de diciembre. La historia que se relata en la película gira justamente alrededor de una gran familia. Saverio Crispo, interpretado por Francesco Scianna, murió hace diez años y en el pueblo de la Apulia donde el gran actor del cine italiano nació se le rinde un homenaje con una placa conmemorativa y varios festejos. En el gran casal de familia, en la zona salentina, convergen sus dos ex mujeres “oficiales” (a quienes dan vida Lisi y la gran actriz española Marisa Paredes) y las cuatro hijas, fruto de diferentes relaciones a lo largo y ancho del mundo. La hija italiana (Angela Finocchiaro) es la guardiana de su patrimonio artístico con su compañero clandestino (Neri Marcorè), ex montador de las películas de Saverio. La hija francesa (Valeria Bruni Tedeschi) es actriz y se presenta con el hijo más pequeño de los tres que ha tenido, también de padres diferentes. La hija española (Candela Peña) tiene un marido de lo más macho (Jordi Molla) y tendente a la infidelidad. La última hija, sueca (la finlandesa Pihla Viitala), también es actriz. A todas ellas hemos de sumar la hija (Cecilia Zingaro) de la asistente de familia y la quinta “oficial”: una joven música americana (Nadeah Miranda), cuyo nacimiento tuvo lugar durante el periodo hollywoodiense de nuestro latin lover. En conclusión, un “matador” que la directora imagina un poco a caballo entre Marcello Mastroianni, Vittorio Gassman, Giuliano Gemma, Gian Maria Volontè y el Alain Delon de Rocco y sus mujeres.

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Con la llegada del stuntman español Pedro (Lluis Homar), contrafigura y amigo del latin lover, las cosas se complican y, a la luz de los secretos revelados y las rivalidades nunca solucionadas entre las hermanas que explotan de repente, la familia desvela su núcleo esencial. La cinta se distribuirá también en España de la mano de Wanda Films, que ya se encargó de estrenar en el país La gran belleza [+lee también:
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Cineuropa: Dedica usted la película a Virna Lisi, una auténtica diva del cine internacional.
Cristina Comencini: Echo muchísimo de menos a Virna Lisi. Con ella hice cuatro películas y en esta última cuenta con una escena preciosa, cómica y llena de humanidad, en la que emerge sin angustia el legado de una mujer de su edad que ha pasado por todo en el mundo del cine. Querría recordarla con sus risas en esta película. Era radiante. 

¿Cómo nació el film?
La idea del film nació de la voluntad de relatar la relación de mujeres e hijas con una figura mítica de un hombre. Al cabo de un tiempo me sobrevino la intuición de mezclar al hombre con la distancia de un divo de la pantalla, combinando el tema de las relaciones con el del cine. Posteriormente, con la coguionista Giulia Calenda desarrollamos el tema hasta llevarlo a una comedia. Pensamos que era el mejor registro posible porque la idea de fondo era suscitar la libertad, como la suscita el cine. 

Se trata de una película muy coral.
La gran fortuna de esta película fue disponer de un reparto extraordinario, poder trabajar con cada actor y cada actriz, precisar el carácter de cada personaje, de manera que se manifestara una humanidad entera, la de esta familia que Virna define como intercontinental y que conjunta, de paso, a todo el cine europeo. Creo que ésta es una de las películas en las que he sembrado la gracia y creo que ésta se siente sobre todo en la capacidad de cada actor y cada actriz, en la vitalidad que cada uno ha sabido poner de manifiesto en esta historia. 

Permanece en la memoria la secuencia en la que, con el director de fotografía Italo Petriccione y Francesco Scianna, se afanaron en combinar fragmentos de películas de lo más reconocibles para el espectador, como si se tratase de un exitoso juego de mesa.
Es el cine del que todos procedemos, no sólo los italianos; todo el mundo proviene de ese cine. Era grande pero dejaba sin ser vistos muchas cosas entre bambalinas; quizá nosotros los estamos relatando. Cuanto más pequeño es Saverio en su vida privada, más crecen en sus respectivas escenas las mujeres: su vida, lo que han experimentado, sus dolores, sus alegrías, sus risas llenan la pantalla de un Nuevo Cine.

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(Traducción del italiano)

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