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Luciano Barisone • Director del Visions du Réel

“El cine existe para dar testimonio de la resistencia del ser humano y para suscitarla”

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- Cineuropa se reunió con Luciano Barisone, que desde 2011 trabaja como director artístico del festival Visions du Réel de Nyon, cuya 47ª edición nos presentó con gran conocimiento y entusiasmo

Luciano Barisone  • Director del Visions du Réel

Luciano Barisone ha sido organizador de cineclub, periodista, crítico de cine y director artístico de certámenes prestigiosos como el festival dei Popoli de Florencia (del 2008 al 2010) y, desde el 2011, del Visions du Réel de Nyon. Cineuropa consiguió que nos hablara de la 47ª edición, que se celebrará entre los días 15 y 23 de abril bajo el signo de la resistencia y haciendo bandera de los conceptos de libertad y de apertura mental.

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Cineuropa: ¿Podría desarrollarnos la idea y el hilo conductor de esta nueva edición, en la que el cine aparece visto como acto de resistencia?
Luciano Barisone: La idea del acto de resistencia forma parte de y madura en la naturaleza humana. Nosotros resistimos, tanto física como espiritualmente, tratando de mantener una especie de coherencia interna. Para mí, el arte tiene la función de suscitar preguntas, de provocar una discusión continua en el seno del ser humano. El cine existe para dar testimonio de la resistencia del ser humano y para suscitarla. No se trata de ideología sino de pelear por la humanidad. En lo que respecta a la programación, llevamos a cabo decisiones ligadas a la belleza de la ópera fílmica. Intentamos, año tras año, de juntar dos tipos de espectadores: un público más amplio, fascinado por el concepto de historia, y otro más intelectual y cerebral que se siente atraído por lo que podríamos llamar “movimiento del pensamiento”. Visions du Réel trata siempre de crear una línea de contacto, de comunicación y de vínculo fuerte entre las películas, los cineastas y los espectadores. 


En la programación de este año aparecen muchos retratos de personajes que luchan por la supervivencia. ¿Es tal vez una manera de decir que el cine no ha perdido nada de su carga subversiva y humana?
El cine es subversivo porque incita a creer en la vida. Desde el punto de vista humano, creo que el cine es un arte subversivo. En realidad, las películas vienen a buscarnos y no al revés; es el mundo el que se muestra a través de ellas. Los jóvenes, a su vez, forman parte intrínseca y natural del festival, que desde siempre se define (algo a lo que me siento muy atado) como una plataforma de descubrimiento y de lanzamiento internacional de jóvenes cineastas. Dicho lo cual, el discurso sobre los jóvenes (resistentes) está presente evidentemente en las propias películas. En I Cormorani (Fabio Bobbio), los protagonistas son dos chiquillos que aunque no pertenecen a ningún grupo subversivo, resisten a su manera. Es el principio de la edad adulta, en una especie de tierra de nadie, pero allí, muy a su pesar, resisten a la nulidad, a esta situación que lleva a dejarse llevar hasta los márgenes. Resisten con pequeños gestos, imaginando un futuro. Se tiende a menudo a unir el término de resistencia a la lucha armada (una opción entre otras) pero la resistencia es un movimiento interno del espíritu, de la consciencia.

Podría hablarnos brevemente de las numerosas películas suizas que estarán presentes en Nyon?
La producción helvética, y ésta es una de sus cualidades, es muy ecléctica. La posición del documentalista suizo es una posición muchas veces comprometida política, social y civilmente. A esto hay que añadir una necesidad de explorar el mundo. Estamos en una añada excepcional tanto cualitativa como cuantitativamente; hay seis películas, entre producciones y coproducciones suizas, en la competición internacional. Calabria [+lee también:
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, por ejemplo (Pierre-François Sauter), es una reflexión no explícita sobre la condición de la inmigración, seria pero nunca triste, aderezada con momentos de humor sano. Hay otras películas suizas muy personales y conmovedoras como Like Dew in the Sun [+lee también:
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(Peter Entell), que se vuelve un ejemplo emblemático de resistencia de la humanidad, o bien Looking Like My Mother [+lee también:
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(Dominique Margot), otra producción helvética a concurso, que propone una forma de interrogarse muy personal y subversiva sobre la manera tradicional de hacer cine en el país. La cinta reflexiona sobre las condiciones que llevaron al personaje principal, su madre, a una depresión partiendo de sus orígenes culturales, de la Suiza más interior y montañosa. En este caso, es la forma del propio film la que resiste a la típica iconografía. En Tadmor (Monika Borgmann y Lokman Slim), que es una coproducción con Líbano y con Francia, el tema mismamente es la resistencia. En este caso, los protagonistas son antiguos prisioneros de la cárcel más infame de Siria, la de Tadmor, cerca de Palmira, donde durante años el régimen de Bashar al-Assad encerró, humilló y torturó a prisioneros políticos. Un grupo de estos antiguos detenidos libaneses trata de salir del efecto aniquilador que esta experiencia ha sembrado en ellos representando las torturas experimentadas en carne propia.

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(Traducción del italiano)

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