email print share on Facebook share on Twitter share on LinkedIn share on reddit pin on Pinterest

João Salaviza • Director

"Los cuerpos tienen una historia que contar"

por 

- El ganador de la Palma de Oro João Salaviza repasa con Cineuropa la experiencia de haber hecho su primer largometraje, Montanha.

João Salaviza  • Director

Con los multipremiados cortos Arena y Rafa, João Salaviza se labró una reputación como uno de los "autores" más prometedores de Europa. Inmune a las presiones y con la intención de mantener cierta distancia con respecto a los grandes modelos industriales de producción, el director portugués, de 30 años de edad, llevó a cabo su esperada transición al formato del largometraje con Montanha [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: João Salaviza
ficha de la película
]
. Salaviza ahora recuerda el trabajo que desembocó en esta película sobre la adolescencia que incorpora el caos y el tiempo como elementos creativos esenciales.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

Cineuropa: ¿Cuál fue el origen de Montanha?
João Salaviza:
Al principio, quería plasmar algunos recuerdos de mi adolescencia en imágenes en movimiento estructuradas. Quería saber si podía hacer una película anclada en la memoria, con parte de la cual ya había adquirido bastante distancia. Pero el proyecto no empezó a tomar forma hasta que no conocí a David Mourato (el actor protagonista). En este sentido, la película es más sobre él que sobre mí. No se trata de una película autobiográfica.

En sus cortos anteriores ya aparecían personajes adolescentes. ¿Por qué le llaman tanto la atención?
La idea de filmar la adolescencia y un cuerpo en transformación, un cuerpo suspendido a caballo entre el final de la infancia y el principio de la edad adulta, requiere muchísima atención de la cámara. Creo que la resistencia que uno puede encontrar en un cuerpo al borde de la mutación presenta un reto mucho más interesante de lo que, por ejemplo, puede suponer el retrato de algo estático para un pintor. El cuerpo de David está resistiendo y tratando de escapar a lo largo de toda la película: escapa de situaciones difíciles para el personaje pero también de alguien que trata de filmarlo. Al principio, había un guion un tanto vago con algunas ideas sobre los recorridos de los personajes y asociaciones entre las situaciones por las que iban a pasar, pero, en realidad, sólo fue hacia el final del rodaje cuando empezamos a darnos cuenta de que había algo así como un camino invisible que David había emprendido durante todo el proceso. David, en efecto, había cambiado. Esto sólo fue posible porque el rodaje transcurrió a lo largo de varios meses: tuvo tiempo para evolucionar.

¿Le interesa a usted más lo físico que lo psicológico?
Creo que los cuerpos tienen una historia que contar y que el cine es el arte de filmar cuerpos en movimiento. Para mí, los diálogos son una extensión de los cuerpos. Durante el rodaje, siempre debato cosas muy concretas sobre gestos como abrir una puerta, sentarse, dar un beso, etc.. Tomemos como ejemplo la última secuencia: es complejo para un director joven como yo rodar las sensaciones de un niño que acaba de perder su virginidad. Él está cambiado cuando entra en la casa. ¿Cómo tendría que moverse? ¿Cómo puedo capturar esa intensidad y esa verdad? Los cuerpos pueden ser muy elocuentes. ¿Cómo puedo llegar a cierto estado sin palabras? Nic Ray dijo una vez que la melodía está en los ojos. ¡Estoy totalmente de acuerdo!

Su película está ambientada en verano pero, contra lo que cabría suponer, la fotografía es oscura.
Sí, y buena parte de la obra transcurre de noche. Hay una paradoja: esos críos se manifiestan realmente de noche, como si la oscuridad les diera lo que necesitan para salir a la luz y mostrarse.

¿A qué se debe esa mezcla entre actores profesionales y aficionados en el reparto?
Lo que de verdad me interesa es la gente, no si son profesionales. Lo que me fascina de Maria João Pinho y Carloto Cotta no es lo que aprendieron en la escuela de teatro. Aunque no sea el parecer normal, creo que una película es un lugar en el que uno puede revelarse de verdad más que encarnar a otra persona. La máscara del personaje permite que un actor se exponga. Creo que los grandes actores siempre han sido ellos mismos; nunca renunciaron a mostrar quiénes eran.

El proceso de rodaje tuvo varios parones. ¿Era algo necesario para usted?
Me parece que la "industria" tiende a empujarnos a hacer películas que no resultan ser nuestras necesariamente. A mi modo de ver, el modelo a intervalos me va bien. Necesito internarme en un cierto caos y autosabotearme para alargar lo máximo posible el tiempo que paso con mis actores. Me interesa muchísimo rodar en un registro doméstico e íntimo. Quiero oír las historias de la gente a la que filmo. Creo que en el trabajo del director también hay que incluir el contar la historia de la gente que filma, además de la propia.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

(Traducción del inglés)

¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.

Lee también

Privacy Policy