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Imanol Uribe • Director

“Es bueno hablar de las heridas sufridas”

por 

- El director vasco Imanol Uribe estrena Lejos del mar, un drama rodado en Almería que aborda, desde lo personal, las consecuencias de la violencia terrorista

Imanol Uribe  • Director
(© Festival de San Sebastián)

Hablamos con el director vasco Imanol Uribe antes del estreno de Lejos del mar [+lee también:
tráiler
entrevista: Imanol Uribe
ficha de la película
]
, drama con Eduard Fernández en el rol de terrorista recién salido de la cárcel, y Elena Anaya, una de sus víctimas; una película que levantó polvareda en el último festival de San Sebastián, hace justo un año.

Cineuropa: Vuelves a rodar en Almería, donde ya filmaste Bwana, ¿por qué elegiste esas localizaciones?
Imanol Uribe:
Al principio de escribir el guion, surgió la idea de rodar en Cabo de Gata tanto de Daniel Cebrián, el coguionista, como mía: es un paisaje duro, como diamantino, terrible pero muy bello. Es un telón de fondo que le va muy bien a esta historia, tan áspera y hermosa. Había una dificultad añadida: encontrar una casucha en una playa, con nadie alrededor. Nos recorrimos la costa de cabo a rabo y la única que hay en toda España estaba en el playazo de Rodalquilar.

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También esta película supone otro regreso, este temático, al terrorismo, después de La muerte de Mikel y Días contados.
Quería profundizar a nivel íntimo en las consecuencias de la violencia, esos actos que se cometen a la ligera de joven y te embarca a ti, a la víctima y a su entorno. Hace años no se podía tratar este tema porque en España el terrorismo estaba en activo, y cuando te ciñes demasiado a la actualidad, las cosas cambian tanto que te desbarata todo. Han pasado cuatro años desde que acabó esa violencia y aún así es pronto para hablar del tema, pero creo que se puede empezar: se harán más películas sobre ello. Es un asunto que nos ha afectado profundamente, durante mucho tiempo, y eso tiene que salir por algún lado. Las heridas están todavía ahí, producen dolor y es bueno hablar de ellas.

¿Cómo se decidió el casting?
Eduard estaba en el proyecto antes de escribir el guión: empezamos a redactarlo pensando en él, pues hizo un pequeño papel en mi anterior película y me quedé con muchas ganas de trabajar con él, porque fue una experiencia excelente. Para retratar el personaje de Santi, que es bastante pasivo en la primera mitad de la película, necesitaba alguien con esa capacidad de mirada que él posee. La idea de Elena surgió acabando el guión, barajando posibilidades.

¿Qué decisiones narrativas tomaste con este guión a la hora de plantearte la película? Por ejemplo: no tiene música.
Esa fue una decisión a posteriori: pensaba que iba a tener música de Antonio Meliveo, que compuso la de Plenilunio, pero al montar las imágenes no le veía música. Intentamos probar alguna cosa, pero la película me escupía toda la música que le metía. Los silencios le iban mucho mejor. Aparte de que soy un maniático y últimamente lo primero que detecto en las películas son los excesos: se abusa mucho de la música, subrayando. Hay solo una canción de Javier Ruibal, que suena con los créditos finales. Es un film muy sobrio; me voy volviendo minimalista, me despojo de mil cosas y las hago de una manera muy elemental, con la mirada en lo que me interesa y poco adornada: no sé si es bueno o malo, pero es lo que me pide el cuerpo.

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