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Rasmus Heisterberg • Director

"Mi ambición era encontrar un existencialismo universal en el conflicto"

por 

- Tras escribir el 21 guiones, el guionista y cineasta danés Rasmus Heisterberg ha dado el salto a la dirección con In the Blood, que se proyecta actualmente en el Festival de Varsovia

Rasmus Heisterberg • Director

Cineuropa ha hablado con el guionista y director Rasmus Heisterberg sobre su ópera prima, In the Blood [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Elliott Crosset Hove
entrevista: Rasmus Heisterberg
ficha de la película
]
, que se proyecta actualmente en la competición internacional del Festival de Varsovia (7-16 de octubre). 

Cineuropa: Reuniste a unos cuantos actores jóvenes y le diste el papel principal a un intérprete no profesional, Kristoffer Bech. Su preparación consistió sobre todo en pasar tiempo conociéndose entre ellos. ¿Querías hacer una película generacional sobre el paso a la edad adulta y sobre lo que piensas acerca de tu juventud o de los jóvenes de hoy en día?
Rasmus Heisterberg: Sí, lo principal era el conjunto y la química entre los actores. Quería una pandilla de amigos que fuera verosímil, no cuatro personajes individuales que trabajaran bien por separado; quería que fueran tan creíbles como un grupo de amigos reales, aunque luego solo veas una foto de ellos andando por la calle. El afecto entre los amigos tenía que ser el impulso de la película.

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En ningún momento me lo he planteado como el retrato de una generación particular. Mi ambición era encontrar un existencialismo universal en el conflicto y llevar ese aspecto al primer plano. No quería hacer algo que se sustentara en las tendencias de los jóvenes del 2016, y en ese sentido, la película está escrita desde mi perspectiva de hombre de 41 años que vuelve a recordar esa época y a reflexionar sobre ella. 

Simon es muy destructivo y autodestructivo, pero la película en realidad está marcada por la ternura.
El personaje de Simon es un tipo que tiene buenas intenciones y que quiere a sus amigos y la vida libre que comparten. Quiere conservarla, le importan esa vida y sus amigos. Pero cuando todo eso es amenazado por el movimiento de los otros hacia nuevas fases de la vida, Simon no sabe cómo gestionarlo, y ese es el detonante de su desesperación. Así que la destrucción, como sucede a menudo, tiene un origen en la fragilidad y el cariño, y quería que esa vulnerabilidad estuviera presente en la película para hacer de Simon el estudio de un personaje tridimensional. Si no hubiera habido ternura, la destrucción no habría sido interesante para mí como narrador.

Hay una evidente dicotomía visual en la película que consiste en la combinación de planos filmados cámara en mano con secuencias oníricas y atmosféricas.
Siempre me ha perdido la yuxtaposición entre naturalismo y expresionismo. Para mí, el naturalismo está en filmar cámara en mano, y el tono general de la película nos invita a profundizar en los personajes y da un aspecto íntimo al drama. Y, una vez que eso queda establecido, el uso de un lenguaje cinematográfico expresionista para ilustrar la vida interior de Simon puede, con suerte, añadir a su personaje una capa emocional más profunda. Quería capturar el lirismo del verano en Copenhague a través de ese prisma de Simon, que desea vivir el presente en esas noches luminosas, con sus interminables atardeceres y amaneceres, en las que casi parece que el tiempo se hubiera detenido. Mientras tanto, vemos cómo va pasando el verano, mes a mes. Con esto he tratado de hacer del tiempo un antagonista silencioso a los sueños de eterna juventud de Simon.

Tras escribir 21 películas y series, has decidido finalmente dirigir un film. ¿Por qué no lo has hecho antes?
Me encanta escribir. Es una labor descomunal y que nunca se acaba, y haciéndola siento que siempre puedo aprender más y explorar nuevos territorios. Nunca voy a dejar de sentirme un guionista en mi interior. Pero, en el caso de esta historia, tenía la sensación de que debía explorar por mí mismo las imágenes y el tono de la película. Escribí el guión desde un terreno muy personal; la trama es muy pequeña en varios sentidos, y eso no funcionaría si el halo y la sensibilidad de las escenas no fueran los adecuados. Así que, al final, me pareció que la única decisión correcta era dirigirla yo mismo.

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(Traducción del inglés)

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