13/03/2017 - Cineuropa entrevista a Marc Vandeweyer, director general de Cartoon, que ha hablado sobre la importancia que tiene para el sector europeo de la animación poner en valor a sus realizadores

Con una participación que se ha incrementado en un 14 %, 850 participantes de 41 países, 55 proyectos presentados con presupuestos que van de 3 a 13 M€, se puede decir que la añada 2017 del Cartoon Movie es todo un éxito. Y, en vista de los ocho proyectos que más audiencia han atraído —Zombillenium (Maybe Movies, Belvision), Le Grand Méchant Renard (Folivari, StudioCanal, Panique !), Miss Saturne (Prima Linea, Artemis, Fortiche), The Wolfwalkers (Cartoon Saloon), Calamity (Sacrebleu, Maybe Movies), The Prince’s Journey (Blue Spirit), Kensuke’s Kingdom (Lupus Films, Melusine, Jingsaw Films, Spirit Base) y Charlotte (Les Productions Balthazar, Walking The Dog, January Films, Les Films du Poisson Rouge, Folimage)—, la animación europea no tiene por qué amedrentarse frente a la competencia norteamericana. El sector europeo de la animación abarca todos los estilos gráficos, así como una gran riqueza de narrativas, dirigidas tanto a niños y jóvenes como a adultos. La diversidad es la palabra clave de esta industria que, sin embargo, todavía debe encontrar a su gran (y pequeño) público. 

Al término de estos dos días de intenso networking entre productores, distribuidores y agentes de ventas, Cineuropa ha entrevistado a Marc Vandeweyer, director general de Cartoon, quien ha insistido en la importancia que tiene para el sector europeo de la animación poner en valor a sus realizadores.

Cineuropa: ¿Cómo va la industria de la animación en Europa?
Marc Vandeweyer: Va mejor. Hay muchas producciones, y los estudios ruedan a toda máquina. Mi impresión es que en Europa cada año se producen más largometrajes, de 30 a 40 por año, una cifra bastante alta. Súmale todas las series... ¡Los estudios ya no encuentran grafistas! Porque, además, en la actualidad, los productores tratan de retener con ellos a la mano de obra.

¿Crees que los productores están optando por producir en sus territorios de origen?
Sí, cada vez más. Sobre todo en Francia, porque el país ha cambiado la legislación para que sea más ventajoso repatriar la mano de obra. Y, si hay jóvenes que tienen talento y están interesados por el dibujo y el diseño gráfico, deben inscribirse en las escuelas. Hoy en día hay toda una industria. Una industria de los videojuegos y otra de la animación.

Sin embargo, vemos que el público no siempre es tenido en cuenta; ¿cómo se puede estar seguro de no quedarse en una especie de burbuja?
Cada vez hay más demanda también, y hay diferentes modos de consumo. La gente va al cine, pero también ven los contenidos de otra manera. No creo que tal burbuja exista.

¿Otros modos de consumo como el VoD, por ejemplo?
Sí, cada vez invitamos a más distribuidoras de SVoD para que descubran contenidos de animación que posiblemente no conocen, y sentimos que hay un gran interés, porque las películas de animación europeas son de calidad. Los productores y los realizadores han llegado a la madurez, tienen un saber hacer. Hay más creatividad, se atreven con grafismos diferentes. Piensa en La vida de Calabacín [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Claude Barras
ficha de la película]: ¿quién se atreve a hacer algo así? Aquí, en Europa, somos audaces. Luego hay películas que están más logradas que otras, que son verdaderos modelos, pero eso también pasa con las cintas estadounidenses. ¿Por qué es tan frecuente que, de las cinco nominadas a los Óscar, dos sean europeas? Hay señales que debemos ver y por las que debemos sentirnos orgullosos. Eso demuestra que hay calidad.

¿Qué queda por hacer en el futuro?
Actualmente, estamos en conversaciones con la Comisión Europea[1] sobre qué debería hacerse en el campo de la animación. Para mí, lo esencial es poder dedicar dinero a la promoción y el marketing. Las películas son buenas, originales, creativas, pero el gran público no lo sabe, así que realmente tenemos que avanzar por ahí. Porque el público está un poco condicionado por la industria estadounidense, las películas en 3D y Disney. Los espectadores van a ver estas películas, pero deberían sentir curiosidad por algo diferente. Nos corresponde a nosotros, el Cartoon, la prensa y todos los profesionales europeos, reflexionar sobre este tema. Hay que encontrar las perspectivas correctas, es un verdadero trabajo por hacer. En el caso de La vida de Calabacín, lo han hecho muy bien. El teaser, que es muy divertido, fue el detonante de todo: aquí en el Cartoon, y luego con el gran público. Y como la película tiene éxito, también entre la crítica, pues todo funciona bien. Y cuando la cosa va bien con la animación, el sector cuenta con más dinero.

Entonces ¿hay que educar mejor en animación?
Eso debe hacerlo la prensa. Y también los productores. Los estadounidenses lo hacen bien. También corresponde a los vendedores convencer, encontrar otros argumentos.

***

Al final de la rueda de prensa, Vandeweyer ha llamado al Festival de Cannes a seleccionar más proyectos europeos de animación. A buen entendedor...

[1] En diciembre de 2016, la Comisión Europea inició una ronda de conversaciones con profesionales a fin de publicar un plan de acción sobre la animación de aquí a mediados de 2017. Tal plan de acción incluiría medidas a corto plazo e iniciativas eventuales en el marco del próximo programa MEDIA (2021-2027).

(Traducción del francés)