30/03/2018 - German Films entrevista a Burhan Qurbani (Shahada, We Are Young. We Are Strong.), que está a punto de comenzar a grabar su nueva película, Alexanderplatz

(© German Films)

Él mismo nunca lo pondría de esta manera, pero visto desde fuera no queda duda: Burhan Qurbani es una excepción real entre los cineastas alemanes.

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ficha de la película], se hizo con la cooperación del departamento Das kleines Fernsehspiel de la emisora pública ZDF, pero en lugar de terminar en la televisión, esta película con narrativa episódica terminó en el Festival de Cine de Berlín del 2010. Más específicamente, llegó directamente a la competencia. Qurbani recuerda que la experiencia resultó abrumadora y, en sus propias palabras, le tomó un año entero el poder recuperarse apropiadamente.

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Cinco años después, Qurbani vio su segunda película en la gran pantalla: We Are Young. We Are Strong [+lee también:
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ficha de la película]., la cual fue nominada al Premio del Cine Alemán a la mejor película y ganó el Premio del Cine Bávaro en la categoría de mejor guión. Pero estas sorprendentes historias de éxito no son la única razón por la cual su trabajo es extraordinario, esto también se debe a los temas que utiliza.

Shahada presenta un debate inteligente y muy moderno sobre el Islam en Alemania, y We Are Young. We Are Strong. reexamina las protestas de extrema derecha de Rostock-Lichtenhagen en 1992, tema inquietante que pareciera estar al día con las manifestaciones de Pegida que terminaron de forma paralela al estreno de la película. Muy pocos directores de este país pueden decir estar en contacto con la sociedad alemana de esta manera. 

Qurbani está feliz de aceptar el título de “cineasta político”: “Eso no quiere decir que todo lo que hagas automáticamente es político. Pero si introduces algo al dominio público se convierte en un asunto político. Después de todo, una vez que algo tiene una cierta audiencia, ya no resulta privado. Tomas responsabilidad también”. 

Y para él, este sentido de responsabilidad también significa que está obligado a contar algo sobre la vida aquí y ahora, sobre el estado del mundo. Para explicar su selección de temas agrega: “Como cineastas en Alemania, tenemos mucho dinero público, personalmente creo que es ridículo continuar en el pequeño mundo de los asuntos privados. Por supuesto que resulta importante el hablar sobre amor, sexo y cariño. Pero en el proceso podemos abrir las puertas y aferrarnos a algo más universal. Creo que como directores deberíamos abrir y expandir nuestra perspectiva”.

Y no es de sorprender que Qurbani prefiera verse a sí mismo como un cineasta europeo en lugar de como uno alemán. “Ya he tenido la oportunidad de trabajar en Israel y junto a colegas de Francia, Estados Unidos, Arabia o España. A menudo, encuentro lo que ellos están produciendo más emocionante que las cosas que veo en este país”.

“En Europa, en particular, los países vecinos representan recursos que debemos aprovechar. Por supuesto, debería ser permisible el contar historias alemanas y también historias muy personales. Pero también necesitas presentar un foco más amplio que le permita a las personas entender estas historias más allá de las fronteras culturales”. 

Y esto es exactamente lo que Qurbani busca su nuevo proyecto. El comienzo del rodaje de Alexanderplatz está programado para esta primavera: es una adaptación de Berlin Alexanderplatzk de Alfred Döblin, el guion lo escribió junto con Martin Behnke, quien también fue el coautor de We Are Young. We Are Strong. Qurbani ha estado trabajando en su película por cuatro años, no solo en casa sobre la mesa de la cocina de su apartamento compartido, sino que también bajo la tutela del escritor de guiones rumano Razvan Radulescu (Madre e hijo [+lee también:
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entrevista: Calin Peter Netzer
ficha de la película]) en el aclamado TorinoFilmLab y en Los Angeles donde fue miembro de la Villa Aurora en el 2016. Mientras tanto, el presupuesto y el reparto ya están listos.

En Alexanderplatz, el papel del insignificante criminal de Berlín, Franz Biberkopf es interpretado por Francis, un refugiado de África. “Quiero contar una historia que no solo se enfoque en la comunidad de inmigrantes de África subsahariana de Berlín sino que también obligue a las audiencias alemanas a pensar en estos problemas”. Con respecto a la relevancia de esta película, Qurbani comenta: “Las típicas historias sobre refugiados probablemente solo están dirigidas a espectadores que ya están interesados en el tema. Pero si tomas una de las novelas más importantes de la historia de la literatura alemana y transformas al protagonista en un refugiado africano… Espero que esto se perciba de una manera muy diferente y que se tome enserio.”

En colaboración con

(Traducción del inglés por Javier Campos)