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Vincenzo Marra • Director

"Quiero hacer películas con la gente, no sobre la gente"

por 

33 años, dos documentales y dos largometrajes de ficción que han viajado por los principales festivales internacionales. Cineuropa ha entrevistado a Vicenzo Marra en el Festival de Cine Europeo de Bruselas donde su última película Vento di Terra [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
fue presentada en competición. Premiada en la última Mostra de Venecia (sección Orizzonti), la película parece evocar la tradición realista del cine italiano, proponiendo un duro recito de vida, magníficamente interpretado por actores no profesionales.

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¿Después de haber estudiado Derecho, ha trabajado como fotógrafo deportivo. ¿Cómo el cine se hizo presente en su recorrido?
Quería ser abogado para ocuparme de los problema importantes del mundo, pero el no me gustaba estudiar Derecho. A un determinado momento, he empezado a escribir y luego entendí que todo eso podría ser traducido en imágenes. Después he descubierto que existían los guiones y la dirección pero no frecuenté ninguna escuela de cine. He leído una frase de Kubrick que decía que la mejor manera de aprender como se hace una película es haciendo una. Con un presupuesto muy bajo he escrito, dirigido y montado mi primer cortometraje Una Rosa Prego.

Su carrera es atípica. Ha empezado por la ficción y luego ha hecho documentales.
Después de mi primer corto, hice un documental que hemos montado para una versión cinematográfica: Estranei alla massa sobre los aficionados de fútbol napolitanos. Después he querido rodar Tornando a casa, mi primero largometraje de ficción.

En sus películas de ficción se diría que hay una manera de filmar y de contar la historia que se acerca al documental.
Intento hacer lo que me gusta, ya sea ficción o documentales, con toda la libertad posible. Mis películas pueden evocar el género documental, pero creo que en Tornando a casa y Vento di Terra hay muy pocas escenas documentales, es sobretodo ficción. Quiero estar lo más cerca posible de la realidad porque creo que eso es coherente con el filme que quiero hacer. Pero en la ficción el recorrido está invertido: hay una preparación técnica para llegar a la realidad, mientras que en el documental tomo la realidad en estado bruto e intento hacer una película.

Pienso que Vento di Terra capta muy bien la autenticidad de la gente. Me pregunto si eso es porque ha trabajado con la gente de Nápoles, que Ud. tan bien conoce, o si es porque ha trabajado con actores no profesionales.
Quiero hacer películas con la gente, no sobre la gente. Había una cuestión de comunicación profunda que solo consigo compartir con la gente de allí. En ciudades tan antiguas como Nápoles, hay un código entre la gente, existen palabras en el silencio. Vincenzo Pacilli, el protagonista, solo tenía 16 años cuando la rodamos. No quería tener un actor que recitara. Al final, hemos llegado a un buen resultado, pero al cabo de mucho trabajo.

¿Ha tenido que re escribir el guión adaptándolo a la manera de interpretar de los actores no profesionales?
Ninguno de los actores ha leído el guión. A medida que rodábamos he puesto gradualmente el guión de lado. Después del montaje, el resultado estuvo muy cerca de lo que había escrito.

A pesar de todos los problemas de esa familia, la película nunca se convierte en un melodrama. ¿Fue una opción consciente?
Me gusta mantener una cierta distancia. Soy como un fotógrafo que capta la realidad pero no toda la realidad. El lado espectacular no me gusta. Pero creo que Vento di Terra es también una película sobre la esperanza, aunque después de haber viajado mucho para presentar la película me he enterado que la gente no latina tiene tendencia a ver la película justo como un drama. El final de la película es duro porque no quería engañar al espectador, no quería tener un "happy ending" a la americana.

Una parte de esta esperanza viene del hecho que al contrario de otras películas sobre los suburbios de las grandes ciudades, los personajes se alejan de la marginalidad.
A través de una familia, he querido contar un poco la historia de mi país, que se divide en dos, el norte y el sur, quería hablar de los no privilegiados que viven en una sociedad occidental – no en el tercer mundo – y que intentan, a pesar de todas las limitaciones, construir cosas buenas en la vida. Creo que el papel del cine es enseñar a la gente imágenes alternativas sobre los aspectos del mundo que no vemos.

¿Piensa que hay espacio en la actual industria italiana para ese tipo de proyectos?
No, la situación es muy difícil. Hacer un filme como Vento di Terra es casi imposible. He financiado parcialmente el proyecto con el dinero que gané con Tornando a casa que fue un gran éxito. Los proyectos con ese tipo de temáticas no son bien vistos. Para los que deciden lo más importante son las cifras.

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