20/11/2006 - Dagmar Hirtz • Directora La cuestión de la identidad

Dagmar Hirtz nació en Aquisgrán (Alemania) en 1943 y actualmente vive en Munich. Unerreichbare Naehe (1984) fue su ópera prima como directora, seguida de Bailando con la luna en 1995. Su primera película para televisión, Die Konkurrentin (1997), marcó el comienzo del trabajo continuo y regular de Hirtz para la televisión alemana, principalmente para los públicos de las cadenas ARD y ZDF. Sie ist meine Mutter (2006), basada en la autobiografía "Das endlose Jahr" de Gisela Heidenreich, fue exhibida en el Festival de Cine de Munich en Julio de 2006. Acaba de terminar el rodaje de Ich wollte nicht toeten (2007), que será emitido por ZDF durante el próximo año.

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A la pregunta por qué volvió a dirigir en 1983 tras tantos años de trabajo premiado como editora, Dagmar Hirtz contestó: "Como colaboradora de edición con los mejores directores, aprendí mucho sobre cómo montar historias. Poco a poco desarrollé el deseo de aplicar la experiencia ganada editando mi propio trabajo creativo independiente para llevar a cabo el contenido y la forma de una historia de acuerdo con mis ideas. Y encontré el reto de trabajar junto a actores, con un equipo de expertos, de manera muy simulada. El trabajo de editora es muy solitario".

Mientras tanto, Hirtz ha puesto en escena 11 películas para cine y televisión. No escribe sus guiones, no es autora, como admite, pero lo considera importante para involucrarse en el desarrollo de la historia desde la primera versión del guión hasta adelante. "Yo no tengo lo que los americanos llaman tan acertadamente una mente de narradora, sin embargo, creo que soy una buena doctora de guiones. Ello tiene mucho que ver con mi experiencia en la edición, la mejor escuela dramática".

La última película de Hirtz, Ich wollte nicht toeten, expone la búsqueda de la verdad, la búsqueda de la propia historia de cada uno. En este sentido, recoge el tema de su anterior película, Sie ist meine Mutter. Mientras que aquella película se preocupaba por un pasado nazi inicialmente escondido de los miembros de la familia, en su nuevo trabajo, la historia de la República Democrática Alemana representa un fondo universal que eclipsa la vida individual. La protagonista es una periodista de 30 años que averigua una historia que finalmente resulta ser su propia historia. La historia personal es definida por lo histórico.

En la obra de Hirtz – quien, sin duda alguna, estaba influenciada por el cine comprometido políticamente del Nuevo Cine Alemán en su día- la política es también un asunto social, como el acoso laboral de una mujer policía (Der Tod ist kein Beweis), o la búsqueda de un terapeuta familiar para sus propios orígenes o los ambivalentes enredos de su madre durante la era del Nacionalsocialismo (Sie ist meine Mutter).

Cuando se le pide que comente la situación actual de producción en el cine alemán y en la televisión, Hirtz dice: “Pienso que el desarrollo del cine alemán es extremadamente positivo. Existen varios jóvenes talentos y ello conduce a una diversidad similar de películas y temas. La reacción del Estado es señal de que ahora hemos recordado el valor del cine alemán como un bien cultural. Aunque el programa de la televisión alemana goza aún de una reputación como uno de los mejores internacionalmente, la calidad sufre un declive constante y con ello, el nivel de público y de fabricantes. Y la "tarea cultural y educativa de las emisoras públicas” está perdiendo cada vez más terreno. Es funesto limitar la poderosa expresión y diversidad dentro del programa para beneficiar las cuotas. Yo soy aún bastante afortunada por encontrar editores comprometidos para quienes la calidad sigue siendo más importante".