12/01/2007 - Paul, el elemento desestabilizador de un microcosmo familiar burgués, le ha valido comparaciones con el personaje de Terence Stamp en Teorema

Figura destacada ya en The Child I Never Was, de Kai S. Pieck (2002), Sebastian Urzendowsky encabeza la cartelera de Pingpong [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Matthias Luthardt
entrevista: Sebastian Urzendowsky
ficha de la película]. Paul, el elemento desestabilizador de un microcosmo familiar burgués, le ha valido comparaciones con el personaje de Terence Stamp en Théorème. El actor, de 21 años, afirma, sin embargo, no haber visto nunca la película de Pasolini y nos confiesa su admiración por Ozon.

Cineuropa: ¿Qué le atrajo del guión de Pingpong y cómo ha desarrollado el personaje de Paul?
Sebastian Urzendowsky: El guión me gustó enseguida, el hecho de ver la familia como un lugar de conflicto. Además, dentro había silencios muy interesantes. Hay muchos diálogos, sin embargo, a veces se tiene la sensación de que las cosas más importantes se quedan sin decir, no salen necesariamente a la superficie. Hay cosas que pueden quedar algo vagas pero, Matthias, Marion [Mitterhammer que interpreta a Anne] y yo hablamos mucho para crear una trayectoria imaginaria para cada uno de los personajes. Cuando comienza la película, ya hay muchas cosas que han sucedido antes y todo ello lleva a los acontecimientos presentados en la historia.

¡Paul y su primo, Robert, tienen una complicidad un tanto ambigua!
Al principio, no son verdaderos amigos. Eso llega más tarde, en la tienda de campaña, cuando Paul se confía y le cuenta el suicidio de su padre. Es una escena importante en la medida en que todos los personajes, en su individualismo, buscan una respuesta por parte de otro y Paul la encuentra en ese momento, lo que crea una alianza entre ellos que, más tarde, será importante al unirse contra Anna.

Según su opinión, por qué Paul descarga su rabia contra el perro de la familia y no contra Anna?
El perro es el personaje que más quiere Anna. Es una venganza, por supuesto, pero también un gesto “educador”. Matar al perro habría provocado algún efecto en su tía; ella podría reflexionar sobre la razón por la que Paul lo había hecho. Pero yo no estoy seguro de que él sea consciente de este elemento “educador”.

Se ha comparado a Paul con Terence Stamp en Teorema.
Me halaga oír eso, pero ni Matthias ni yo hemos visto la película. Ahora que todo el mundo dice lo mismo, tengo ganas de descubrirla [risas].

Cada vez se ve más el cine alemán en el extranjero. ¿Cómo se percibe ese hecho en Alemania?
Los distribuidores desconfían aún del cine nacional. Se piensa que si una película es apreciada en el extranjero tendrá seguramente una buena recepción en Alemania. Es un poco el caso de Pingpong, que ha estado presente en Cannes. En cuanto al público, creo que se empieza a abrir más, sobre todo, aquella gente que conoce bien el cine extranjero y que termina después por tener ganas de conocer mejor el cine nacional. Es casi una cuestión de amor propio. He sentido eso un poco tras haber vivido en Francia durante un año.

¿Le gusta el cine francés? ¿Le gustaría rodar con cineastas franceses?
Soy fan del cine francés y de la cultura francesa en general. Me encanta el trabajo de François Ozon, sobre todo, Bajo la arena, sin embargo, no me atrevería a decir que me gustaría rodar con él. Me parece tan lejano…