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Hugo Vieira da Silva • Director

Hablan los cuerpos

por 

El director portugués Hugo Vieira da Silva, de 32 años, acaba de presentar en Rotterdam su primer largometraje, Body Rice [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
. Producida por Paulo Branco para Clap Filmes, la película huye de la linealidad narrativa y descubre a un director en la encrucijada entre varias influencias artísticas: la danza, la música, el arte instalación y la interpretación.

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Cineuropa: Body Rice fue concebida inicialmente como un documental sobre las formas alternativas de vida en Alentejo (sur de Portugal) y sobre los jóvenes alemanes que eran enviados allí dentro de los programas de reinserción social. ¿Por qué lo transformaste en ficción?
Hugo Vieira da Silva: Me sentí seducido por las personas que había conocido allí, gente que vivía en comunidades. Pensé que hacer un documental sería una buena idea pero después, cuando estaba rodando, sentí que podía caer en una especie de curiosidad morbosa hacia ellos y que seguramente violaría su intimidad. Ésta es la razón por la que intenté tomar cierta distancia con respecto al modelo tradicional de documental y crear algo que finalmente pudiera llamarse ficción. Mi guión es, sin embargo, un mosaico de las historias que me contaron muchas de estas personas, que no están en el reparto, pero que tomaron parte en la película de una forma indirecta. Fueron mis coguionistas.

¿Cómo dirigiste a los actores, teniendo en cuenta que había muy pocos diálogos y que tenían que expresar sus deseos y frustraciones a través de sus cuerpos, en contraste con el paisaje? ¿Entendías Alentejo como un personaje más?
La forma en que abordé los papeles con ellos estaba en relación con los temas de la película: la ausencia de referencias culturales, el desaparición del origen social… Quería un corte radical. Los trajimos a Alentejo y sufrieron un shock cultural. Algunos reaccionaron al principio de forma agresiva, ya que estaban acostumbrados a construir personajes usando métodos diferentes. Quería vaciar el lado psicológico de los personajes y escapar de la linealidad narrativa. Aunque el hecho de separar su lado psicológico y centrarse en sus cuerpos no significa que se convirtiesen en seres vacíos.
Europa es un territorio muy reglamentado y Alentejo está un poco lejos de esto, al menos, lo estaba a principios de los 90, período en el que se sitúa la película. Allí, había mucha libertad. Muchos alemanes lo veían como un lugar en el que podían empezar una forma de vida nueva y alternativa. Estaba tan interesado en el paisaje que intenté evitar filmar el cielo. Grabé el suelo, el polvo. Hay un choque entre los cuerpos y el entorno.
Las raves son también un tipo de fiestas no-reglamentadas, por eso decidí rodarlas a cielo abierto. En una rave, los cuerpos se pueden expresar libremente. Para una de las escenas habíamos construido una especie de pared de altavoces… Era casi como un arte instalación.

Antes de Body Rice dirigiste documentales sobre los movimientos de Arte Contemporáneo, que es un campo híbrido, en el que se mezclan diferentes disciplinas. ¿Sigue tu película esta tendencia, evocando la música, la interpretación, el arte instalación?
Como artista, me veo a mí mismo como un mediador entre el mundo exterior y mi propio trabajo. Mi película debe reflejar el momento que estoy viviendo, pero el cine ha sido siempre interdisciplinario. Yo estoy trabajando con materiales cinematográficos pero la manera en la que lo hago es, probablemente, una expresión de lo que sucede hoy en día: instalación, interpretación, danza contemporánea (que me apasiona).

Intentas rechazar la narrativa lineal. Sin embargo, incluyes una secuencia de una película alemana experimental de finales de los 80, que funciona como un posible flashback de los personajes.
Hay quien piensa que el cine es el arte de la narrativa. A mí no me interesa esa clase de cine que posee una importante narrativa y acontecimientos de causa-efecto. Imagino que se puede caer en la trampa de lo común, que no refleja la realidad. Sin embargo, necesitaba contar con un argumento, así que utilicé esa secuencia, ambientada en Berlín cuando el muro estaba a punto de caer, y eso abre una posibilidad a lo que los personajes vivieron antes de ser destinados a Alentejo.

Con Body Rice en las pantallas de varios festivales (Hong Kong, Ciudad de Méjico, Buenos Aires, Bangkok), ¿tienes tiempo suficiente para centrarte en tu nueva película?
Estoy desarrollando un nuevo proyecto y espero poder empezar con la producción en los próximos meses. Será una coproducción portuguesa-alemana ambientada en Berlín. Vamos a buscar un socio alemán.

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