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Laurent Lucas • Actor

El gusto por el riesgo

por 

Actor francés curtido en el teatro, Laurent Lucas se pasa al cine en 1994 con J’ai horreur de l’amour. Desde entonces, cuenta con una treintena de películas a sus espaldas, algunas de ellas con grandes figuras del cine de autor (Dominik Moll, Bertrand Bonello, Arnaud des Pallières, Pascal Bonitzer...). Tras Calvaire [+lee también:
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entrevista: Fabrice du Welz
ficha de la película
]
de Fabrice du Welz, vuelve a los teatros de Bélgica con la obra Prince de ce monde de Manu Gómez, interpretando a un sacerdote atormentado por múltiples demonios (leer la noticia).

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Cineuropa: ¿Qué es lo que te ha seducido de tu personaje?
Laurent Lucas: ¡Es un sacerdote! Cuando se es actor, algunos papeles, sacerdote, abogado...son intrigantes. Al final, en última instancia, tener ganas de interpretar a un sacerdote por esto, ¡es una mala razón (risas)! Aunque después, se hacen las cosas por otras buenas razones.

¿Cuáles en concreto?
La calidad del guión, lo que se cuenta, y esta historia, increíble. Este sacerdote es un ser más bien normal, que le gusta lo que hace, que llega a una pequeña parroquia que lo transforma. Va a experimentar cosas de la vida que le van a volver loco porque es sacerdote. Al mismo tiempo dentro de él crece una terrible culpabilidad ya que su diálogo con Dios no cesa. Es realmente un descenso a los infiernos, no puede haber nada peor. Todo lo que construye se desmorona. No hay nada más. Para cualquier otra persona, se supone que, conocer a esta mujer [interpretada por Lio], sería maravilloso (risas)! Pero para él, es el infierno.

¿Cómo has conocido a Manu Gómez ?
En la película de Fabrice. El se pasó para hablarme del proyecto. Pero no había visto nada suyo. No me gusta demasiado ver antes las cosas. Me fío del guión, del que dirige. Además, de una película a otra, los directores no hacen lo mismo. Tengo miedo de intentar parecerme a algo que ya hayan hecho. A no ser que se trate de un encargo suyo.

Eres un adepto de los personajes difíciles y ambiguos, ¿no?
Es que los personajes bien escritos están normalmente a punto de estrellarse. Son incómodos. No me doy cuenta forzosamente cuando leo un texto porque no me interesa nada más que mi personaje. Pero me doy cuenta después de todos los golpes, que ellos son también coherentes. Pero es verdad, mis personajes arriesgan siempre algo.

¿No es el riesgo de la locura? ¿En el caso de Bonello o Moll por ejemplo?
Si, exacto. Lemming [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, es en efecto la historia de un tipo que hace como si todo fuese bien pero que está al borde de la implosión (risas). Pero, ¡me encantan este tipo de personajes!

Aparte de esto, has tenido también papeles de yerno ideal.
¡Sí, unos cuantos, por lo menos! En Haut les cœurs!, por ejemplo, interpretaba a un marido muy atento, que daba vida al personaje de Karin Viard. Pero es muy interesante porque mucha gente puede identificarse con él. El que ayuda a un enfermo, ya que no puede existir de otra forma, para que los demás lo reciban todo, ¿hasta dónde puede llegar? Pero desde mi primera película, J'ai horreur de l'amour, ¡tuve un magnífico papel! Con muchos monólogos, algo que normalmente asusta un poco a los actores. Para mí, que venía del teatro, no era gran cosa. Mi único temor era no ser lo bastante natural. En el cine, son las emociones, el pensamiento interior, el punto de vista del personaje lo que prima. Cuando empieza el rodaje, hay que dar lo mejor a la hora de interpretar.

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