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Per Fly • Director

La época de oro de Dogma podría acabarse

por 

La clase media es la protagonista del último acto de la trilogía del danés Per Fly sobre la sociedad de su país. Después de los pobres de The Bench (2000) y la agitada clase alta de The Bench (2003), con Manslaughter [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
(artículo) Fly indaga el mundo de la burguesía media a través de las vicisitudes de un profesor obligado a cuestionarse sobre sus propias responsabilidades y traiciones, familiares y políticas. "Es una película sobre falsas relaciones, sobre cuantas mentiras se pueden decir antes de ser descubiertos. La responsabilidad - explica Fly, en Roma para presentar el filme que se estrena en las salas italianas el 13 de abril distribuido por Teodora con diez copias - es un poco el elemento clave de este filme".

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Cineuropa: Responsabilidad y culpabilidad. El protagonista es un "mal maestro", un intelectual que avala el uso de la violencia para defender los ideales. No excluyendo arrepentirse más tarde.
Per Fly: Estoy de acuerdo con la posición teórica del protagonista. Pero no creo a la acción práctica, al terrorismo. Detrás de cada violencia hay una catástrofe, un drama. No podría excluir que en toda circunstancia, quizás grave e insostenible, me armaría y lucharía, porque creo que en la lucha por los propios derechos y por los de los mas débiles. Pero el terrorismo es de todas formas execrable, absolutamente condenable. Temo un regreso al clima de los años 70 y este filme quiere ser casi una advertencia.

Carsten en sus lecciones dice que la lucha implica víctimas.
Lo mismo que decía Bush antes de la intervención en Irak: si esperamos construir la democracia tenemos que contar con algunas victimas. Pero yo quería ocuparme de estas víctimas, de estos muertos. No como se hace en los filmes de Hollywood, sino de verdad. Para documentarme fui a las cárceles, me entrevisté con gente que ha cometido crímenes políticos y con las familias de las víctimas, entré en la zona más oscura de la humanidad para descubrir lo que hay detrás del acto de asesinar, comprender lo que sucede en estos casos.

¿Cómo ha construido el guión?
Para la totalidad de la trilogía hubo un largo trabajo de investigación preliminar. El script de Gli innocenti necesito un año y medio porque teníamos materiales heterogéneos antes de llegar a una fase final con Kim Leona. Además trabajamos sobre los personajes junto a los actores. Reflexioné mucho con el protagonista Jesper Christensen. Por último en el plató había espacio para la improvisación, dando lugar a un guión en continua mutación.

El protagonista se enfrenta a tres mujeres, en un recorrido casi iniciático.
Es cierto. Todo filme necesita un héroe dramático y para convertirse en un héroe hay que afrontar diversas pruebas y mostrar valentía, sabiduría y empatía. Estos sentimientos se explican en las tres mujeres: la esposa del protagonista, la joven terrorista y la mujer del policía asesinado.

¿Estaba el final definido desde el principio?
Siempre tengo dificultad para encontrar el final. Éste condensa lo que podríamos definir como el mensaje y entonces no quiero un camino demasiado simple. En los dos filmes precedentes había un final feliz, aquí pensé a dos finales diferentes, que se pueden ver en el dvd.

El cine danés está yendo muy bien en la taquilla nacional y muchos títulos funcionan magníficamente también en el extranjero. Según su opinión ¿por qué es tan apreciado por el público?
Los últimos diez años fueron una especie de época de oro, un poco como sucedió con el neorrealismo en Italia, pero ahora me parece que esta era llega a su fin. Todo comenzó con Lars von Trier, gran iniciador con Dogma, y con las leyes sobre el cine que lo apoyaba: existía la posibilidad de dar dinero a un realizador y darle la posibilidad de decidir respecto a su filme. Ahora algo ha cambiado, el gobierno piensa que le 35% de los filmes daneses en las salas no es bastante, y quiere llegar al 60. Pero está cambiando el modo de financiar el cine y no veo porque debería funcionar. No quiero vivir en un país en el cual algunas personas tienen menos posibilidades que otras.

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