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ESTRENOS Italia

En cines Scialla!: entre Pinocho, el Gran Lebowski y Lost in Translation

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“Una comedia pequeña y lenta, con un protagonista parecido al Bill Murray de Lost in Translation". Con estas palabras el guionista Francesco Bruni presentó su primer proyecto como director al productor Beppe Caschetto. Enseguida surgieron las dudas, ya que, ante el descomunal éxito de las comedias frenéticas e hilarantes, ralentizar el ritmo parecía un suicidio comercial. Y en cambio Scialla! [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
no sólo se ha impuesto en la sección Controcampo Italiano del Festival de Venecia (leer la crítica), sino que el próximo 18 de noviembre llegará a la cartelera italiana con 250 copias distribuidas por 01 y la bendición de nada menos que de Ettore Scola. “Siempre me ha parecido bien que los guionistas se hagan directores”, ha comentado el legendario realizador en la rueda de prensa de presentación de la película, “ya que la dirección es una especificación de la escritura y Bruni sabe traducir perfectamente las palabras en imágenes”.

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La palabra que da título a la película, Scialla, es una expresión jergal usada por los jóvenes de Roma que significa “tranquílizate”. No deja de decirlo el protagonista (Filippo Scicchitano), pero tampoco desentona en la boca del padre (Fabrizio Bentivoglio), una especie de Gran Lebowski con acento veneciano y una interminable cultura que se toma la vida con mucha calma. “El personaje de Bentivoglio representa esa burguesía intelectual que se ha descuidado”, explica Bruni, “en contraposición con los burgueses elegantes e ignorantes que vienen de la nada”. Viendo las vicisitudes de este padre incompetente, nos viene en mente el cuento de Pinocho. “Mi personaje tiene en común con Geppetto el miedo al rol de padre”, ha afirmado Bentivoglio, “lo cual no deja de ser el miedo de muchos hombres, el no tener la autoridad suficiente, el no saber decir que no”.

Son muchos los temas sobre los cuales hay lugar para la reflexión, aunque sobre todos ellos emerge un mensaje edificante (por una vez) sobre este encuentro-enfrentamiento generacional y cultural. Para los más jóvenes es una invitación a respetar al prójimo; para los adultos, una invitación a respetar a los jóvenes y no considerarles mercancía. Como muestra de ello, los créditos finales con el diálogo entre Bentivoglio y un narcotraficante interpretado por Vinicio Marchioni: lúcido, irónico y catártico.

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(Traducción del italiano)

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