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INDUSTRIA Bélgica

"Le Grand Tour on tour" se separa del camino trillado

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A principios de octubre se celebró en el festival de cine de Namur una asamblea extraña y multiforme, a caballo entre reunión del equipo, panda de amigos, fanfarria de carnaval y gira de grupo de rock: Le Grand Tour es una improbable epopeya forastera que comienza como una historia real y poco a poco traspasa sus propios límites y derriba el muro que separa el documental de la ficción. Su productor, Philippe Kauffmann (La Parti), califica la película como “frágil, difícil de posicionar en el mercado”. Por ello, para no sacrificar la obra introduciéndola en un circuito de distribución tradicional en el que pelearía por mantenerse en la cartelera de tres o cuatro salas durante una o dos semanas, se ha preparado un programa de difusión especial.

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, va un paso más allá con "Le Grand Tour on tour": además de una campaña de promoción a medida, la película recorrerá un circuito paralelo. Lo que empezó como una ocurrencia (reproducir en directo la gira del grupo en la película) adquirió forma poco a poco. La estrategia prevista se basa en un estudio publicado en 2009 sobre los centros culturales que se prestan como lugares alternativos para la difusión del cine y se inspira en la experiencia llevada a cabo en Flandes por Tomas Leyers (Minds Meet) para el estreno de Little Baby Jesus of Flandr [+lee también:
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. Le Parti opta, pues, por que el director (Jerôme Le Maire), el iniciador de la obra (Vincent Solheid) o los actores lleven en persona la cinta “directamente al público” como si se tratase de “una aventura humana que expande la película”.

Así, este otoño "Le Grand Tour on tour" ha pasado y pasará por un total de quince enclaves en Valonia y uno en Bruselas; la mayoría son centros culturales aunque también se incluyen otros, como salas de conciertos. Al final, la película habrá contabilizado previsiblemente unos 3000 espectadores, una cifra que supera con seguridad el resultado que habría obtenido a raíz de una distribución habitual en salas. Cabe la posibilidad incluso de que la gira se retome “de manera espontánea” a principios de 2012. Evidentemente, no es una opción inherente a todos los proyectos; tampoco es especialmente rentable, aunque los gastos estén cubiertos por las ayudas a la promoción que ha obtenido la película y por patrocinios. Esta solución no trae las respuestas a las dificultades a las que se enfrentan numerosas películas belgas francófonas para llegar a su público. Con todo, este experimento recuerda a sus iniciadores las ganas del público por un cine distinto: cuando la colaboración con los socios que han acogido la película ha sido participativa, sobre todo en lo que concierne a la promoción, el público ha respondido. Estas proyecciones dan la razón a Philippe Kauffmann cuando afirma que la jerarquización actual de los circuitos de distribución impide la libre circulación de las películas. En este sentido, el productor lamenta que, por ejemplo, los espectadores de Tournai, especialmente exigentes, no tengan prácticamente acceso a las películas en su primera semana en cartelera. La llegada del DCP (Digital Cinema Package) haría posible la ampliación del número de copias distribuidas y una mayor simultaneidad de la difusión, si bien el sistema de las VPF (virtual print fees) sigue siendo un problema. Kauffmann ha comprobado que la multiplicación de pequeños estrenos locales acerca el cine de autor a la gente. Esta iniciativa se engloba en el marco de reflexiones sobre la difusión del cine belga francófono, en el que también se incluyen, por ejemplo, la creación de los premios Magritte del cine belga, la fundación de O'Brother y Dreamtouch y la decisión de ciertos productores de distribuir sus propias películas (Need Productions distribuirá en enero de 2012 Au cul du loup [+lee también:
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).

A la espera del nuevo año, Philippe Kauffmann lanzará en compañía de varios socios una estructura de promoción que se especializará en campañas escalonadas que seguirán los proyectos desde la fase de producción, haciendo especial hincapié en Internet. En cuanto a la producción, tras un año lejos del ruedo que le ha permitido, entre otras cosas, hacer un mejor seguimiento de Le Grand Tour, 2012 marcará su regreso: en abril comenzará a rodar Je suis supporter du Standard, de Riton Liebman (con Riton Liebman y Léa Drucker), y en agosto, Alleluia, la segunda entrega de la trilogía ambientada en las Ardennes que dirige Fabrice Du Welz y protagonizan Bouli Lanners y Jeanne Balibar.

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(Traducción del francés)

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