16/02/2012

Dora, Paolo, Mohamed… Los rostros de los testigos se suceden, doloridos, emocionados ante el recuerdo de la violencia sufrida aquellos días. La narración de la tortura describe de manera nítida los detalles. Una terrible violencia física y psicológica aplicada científicamente por parte de la policía a los manifestantes detenidos durante las protestas contra el G8 de Génova (celebrado del 19 al 22 de julio de 2001) y trasladados posteriormente a la comisaría de Bolzaneto.

Estas historias, con las cuales se intenta descubrir qué ha pasado y por qué, integran el documental The Summit [+lee también:
tráiler
ficha de la película], presentado en la sección Panorama de la Berlinale. Dirigida por los periodistas Franco Fracassi y Massimo Lauria, que han montado voces, imágenes, vídeos, documentos y grabaciones, la cinta es una viaje a lo largo de la cadena de mando nacional e internacional que ha desembocado en la represalia contra los pacíficos manifestantes, mientras los black bloc destruían la ciudad. El documental no se limita a Génova, sino que observa la conferencia de la Organización Mundial del Comercio (WTO) celebrada en Seattle en 1999 y las cumbres del G8 anteriores, en Niza, Praga, Nápoles y Gotemburgo, para mostrar la clara dirección que toman las fuerzas del orden.

“Hay que considerar lo sucedido como un acontecimiento gestado a escala internacional. Hubo una estrategia común y la crisis económica actual es resultado de aquel G8”, explican los directores del documental, acogidos con un gran aplauso tras la proyección, que ha sido seguida por un debate en el cual ha participado el diputado alemán Hans-Christian Stroebele.

Dibujos, animaciones, reconstrucciones por ordenador y material inédito, como las imágenes que demuestran por primera vez que los cócteles molotov fueron introducidos en la escuela Díaz por los mismos agentes de policía para poder acusar de ello a los manifestantes. The Summit dedica asimismo mucho espacio al homicidio del joven Carlo Giuliani durante los enfrentamientos y termina con una escalofriante frase dicha por teléfono por un policía a otro: “¡Uno a cero para nosotros!"

(Traducción del italiano)