13/04/2012 - Medusa distribuye el 20 de abril en 600 cines italianos lo nuevo del director neoyorquino, To Rome With Love, protagonizada por un elenco de estrellas de Hollywood, Roberto Benigni y la ciudad de Roma.

No distan tanto París y Roma. Woody Allen, el "más europeo de los directores americanos", crecido con el cine francés y con el italiano, ve natural rendir homenaje a la “ciudad eterna” después de hacer lo propio con la “ciudad de las luces” en Midnight in Paris [+lee también:
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ficha de la película]; todo ello después de la trilogía londinese dedicada a la culpa y al castigo y de Vicky, Cristina y Barcelona [+lee también:
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ficha de la película]. Cabe apuntar que el propio cineasta ha desmentido los rumores acerca de la posibilidad de que fueran a seguirlas otras ciudades europeas. No habrá, por tanto, ninguna Beautiful People in Copenhagen, y su próxima película se rodará en Nueva York y San Francisco.

El título preliminar de To Rome With Love, a saber, Bop Decameron, ya anunciaba que Woody Allen pensaba usar el Coliseo como trasfondo para su película de este año. En efecto, la cinta es una especie de conjunto de historias que rezuman el erotismo característico de la obra de Boccaccio con un estilo bebop: tiempos veloces, improvisación y arreglos armónicos.

To Rome With Love deja intactos a Boccaccio o Pier Paolo Pasolini para centrarse no solo en historias de amor y traición, sino también, y a despecho de Sigmund Freud, en la vanidad de los actores de Hollywood, la fama que surge de la nada, el sistema de los medios de masas y el negocio del espectáculo. Roma, fotografiada en un nítido color pardo, se erige así en el “lugar” simbólico de cruces maliciosos, caprichosos y a menudo cínicos.

Cínico y desencantado se muestra, precisamente, el famoso arquitecto John en el episodio en que el director reúne a las tres estrellas estadounidenses de su reparto: Alec Baldwin, Jesse Eisenberg (La red social) y Ellen Page (Juno, Origen). Durante sus vacaciones en Roma, donde vivió su juventud, John (Baldwin) es la voz de la conciencia del joven estudiante de arquitectura Jack (Eisenberg), que se enamora de una amiga de su novia, Monica (Page). Monica es una joven actriz en busca de trabajo que bajo una apariencia sensible y romántica es de una inconmensurable vacuidad. De la misma desilusión hace gala un director de ópera jubilado, encarnado por el propio Woody Allen (que vuelve así a ponerse frente a las cámaras), que viaja a Roma para conocer al novio de su hija en compañía de su mujer (Judy Davis), que interpreta el mundo en clave freudiana. El personaje de Allen preparará una hilarante representación de la ópera Pagliacci al descubrir el talento natural del padre del novio (Fabio Armiliato) para el canto lírico, que se manifiesta únicamente en la ducha.

Una plétora de actores italianos protagonizan el resto de episodios: una pareja de recién casados venidos del norte del país (Alessandro Tiberi y Alessandra Mastronardi) ve cómo su relación se tambalea con la aparición de una prostituta de alto standing a la que da vida Penélope Cruz y por una estrella del cine y de la seducción (Antonio Albanese), mientras Roberto Benigni encarna a Leopoldo Pisanelli, el hombre más corriente y aburrido de toda Roma, que de la noche a la mañana, literalmente, se convierte en una celebridad y es seguido por paparazzi, jóvenes acompañantes y periodistas que le preguntan hasta por el desayuno.

Si en Midnight in Paris el centro de atención era un escritor en busca de inspiración que por arte de magia se encuentra con famosos escritores y artistas del pasado, To Rome With Love se muestra un tanto inconexa y desorganizada, a pesar de algún que otro momento de gran cine. La belleza de Roma, sin embargo, no basta para superar el exotismo y los clichés.

(Traducción del italiano)