email print share on Facebook share on Twitter share on LinkedIn share on reddit pin on Pinterest

PELÍCULAS / CRÍTICAS

The Color of the Chameleon

por 

- La película de Emil Christov, en competición en el 53° festival de Tesalónica, ya se encumbró en Toronto como una obra curiosa y distinta dentro del panorama cinematográfico búlgaro.

Desde su estreno mundial en Toronto, The Color of The Chameleon [+lee también:
tráiler
entrevista: Emil Christov
ficha de la película
]
ha dado que hablar y se ha erigido en una obra distinta dentro del panorama cinematográfico búlgaro. Este ovni ha participado en la competición internacional del 53° festival internacional de Tesalónica, donde ha presentado la película su director, Emil Christov. En un principio, Christov iba a ser el director de fotografía del proyecto (aún nos acordamos de su gran trabajo en Zift, de Javor Gardev), pero terminó asumiendo la dirección a raíz de una renuncia en fase de preproducción. Apostamos a que, desde ese momento, el presupuesto de la cinta bajó (bastante por debajo del millón de euros) aun manteniendo un gran aspecto visual. Los encuadres y la fotografía están especialmente cuidados y el director multiplica los homenajes (a Casablanca, a Matrix, a Titanic...). Al final, toda la película es un pretexto para un juego que consiste en recuperar el código del cine de espías y darle la vuelta hasta hacerlo parecer un pastiche. La fotografía difumina las referencias temporales y el espectador tiene a menudo la impresión de encontrarse, como muy tarde, en los años 70 de El topo [+lee también:
crítica
tráiler
ficha de la película
]
, cuando su acción tiene lugar, en realidad, después de 1989.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

Hay que decir que esta ambiciosa adaptación de la novela Zincograph, a cargo de su propio autor, Vladislav Todorov, mezcla el absurdo kafkiano y las claves del género de espías de Le Carré y Don DeLillo. El resultado oscila entre la comedia negra y el thriller histórico, llevado en volandas por unos actores dotados de un gran carisma, como Ruscen Vidinliev, que da vida al protagonista, Batko Stamenov. Batko es un joven inteligente y especialmente encantador al que contrata la policía secreta como espía al servicio del régimen comunista búlgaro. Después de que lo despidan a raíz de un error, Batko, que siente que ha descubierto su vocación, decide formar una red de espías paralela con el objetivo de desmantelar el régimen vigente mediante la manipulación de un grupo de jóvenes intelectuales y teóricos del sexo. Durante este proceso maquiavélico, el joven se enamorará de una mujer (Irena Milyankova) que sueña con desertar y vivir un idilio en blanco y negro a lo Casablanca...

The Color of the Chameleon es difícil de seguir si nos ceñimos al guion en sentido estricto y decepciona si nos concentramos en la subtrama amorosa. Sin embargo, se disfruta con mucho placer una vez que se descodifican sus intenciones. Es preciso aceptarla tal y como ha sido concebida: como una balada en forma de montaña rusa que debilita todo totalitarismo y dispara con balas rojas en todas direcciones, incluido el personaje principal. The Color of the Chameleon es una obra satírica, hermosa y bien interpretada sin más pretensión que la de divertir tanto al público como al propio equipo de producción que hizo la cinta. A través de su forma híbrida, falsamente hollywoodiense y decadente, la película tendrá dificultades a la hora de encontrar compradores, que la verán, probablemente, sin posibilidades en un circuito de distribución clásico, a pesar del gran éxito de sus proyecciones festivaleras.


(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

(Traducción del francés)

¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.

Privacy Policy