20/06/2013 - El pasado fin de semana ha sido el peor de la historia de la taquilla en España, con una recaudación total de apenas 2,2 millones de euros

El pasado fin de semana, 15 y 16 de junio, ha sido el peor de la historia de la taquilla en España, con una pobre recaudación total de apenas 2,2 millones de euros. Muchos analistas habían advertido que este fin de semana podía marcar un hito negativo en la historia del cine en España por el perfil de la cartelera (muchos estrenos menores), la trayectoria de los últimos meses y la coincidencia de otros factores tradicionalmente perjudiciales hacia al cine (buen tiempo y un evento deportivo de primer nivel como es la Copa Confederaciones de Fútbol).

En los últimos años, el cine español parece dejar atrás un problema simplemente porque se topa con uno aún mayor. A la crisis de la financiación pública, la plaga de la piratería, la práctica desaparición del mercado del DVD y el conflicto con las televisiones ahora se ha unido el desplome de la taquilla, presenciada por el sector a cámara lenta desde finales de 2012. Las razones son estos días objeto de análisis, pero un problema parece imponerse al resto: el público español ha perdido interés en el cine como forma de ocio.

Esta pérdida de interés puede deberse a los altos precios de las entradas (resultado del aumento del IVA del 8% al 21%), a un cambio en los gustos de la población, a la inmunidad con que se piratea en España o a todos a la vez. Hay que tomar medidas de manera urgente, como ha subrayado en la recién terminada octava edición de Madrid de Cine Pedro Pérez (entrevista), presidente de FAPAE y una de las voces más autorizadas de la industria cinematográfica española: “Nuestra obligación es recuperar al público”, que además ha indicado un camino posible para lograrlo: “Si ahora mismo la gente considera que el cine es caro, tenemos que actuar en consecuencia. No hay otra manera de hacer entrar a la gente a las salas que una política de precios muy agresiva, para así atraer al espectador”.