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PELÍCULAS / CRÍTICAS

Under the Skin

por 

- La actriz americana interpreta a una inquietante criatura extraterrestre en una singular película dirigida por el autor de Sexy Beast y presentada a concurso en la 70ª Mostra de Venecia.

Under the Skin

Entre una criatura de ensueño y un monstruo de pesadilla solo hay un paso al otro lado del Atlántico y Scarlett Johansson aceptó la proposición de darlo que le hizo el director británico Jonathan Glazer, quien desde 2004 y su Reencarnación no había presentado película alguna y ahora regresa a la palestra con un tercer largometraje hipnótico: una visión de nuestro mundo a través de los ojos de una extraterrestre “bajo la piel” (como indica el título en inglés) de un ser humano.

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Este ser deambula por los campos de Escocia a bordo de una furgoneta y a la busca de hombres solitarios a los que seduce y atrae a su antro, antes de ser "consumidos" por el lugar. La maquinaria alimenticia y rutinaria de estas trampas déjà poco espacio a una toma de conciencia del mundo y de los individuos que lo habitan. La curiosidad terminará por poner en peligro al alien y a dar la vuelta a la tortilla en la relación de fuerza entre el depredador y su presa.

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tráiler
entrevista: Jonathan Glazer
ficha de la película
]
es una mezcla de road movie, ciencia ficción y ficción documental; en este sentido último figuran las numerosas escenas de mirones que interactúan con la actriz estadounidense sin reconocerla. Para estas secuencias, Glazer y su equipo disimularon la presencia de la cámara y simularon la "infiltración" de la actriz, precisamente como haría un extraterrestre que va de incógnito por nuestro mundo. Cuando ella cae contra el suelo de una acera en mitad de la multitud, los viandantes la ayudan a levantarse y retoman su ritmo robótico y desinteresado, sin dirigir una segunda mirada en dirección de Johansson. El director consigue una fría extrañeza con estas escenas de realismo. La música experimental acentúa este aspecto de la película, que, narrativamente, cimenta su primera parte en el principio de repetición del rapto. La rutina no es más que aparente puesto que revela cada vez más elementos del personaje principal, que sale de su entorpecimiento para terminar resbalando por la ladera del miedo a medida que, voluntariamente, va perdiendo el control.

La cinta está basada en una novela de Michel Faber; sin embargo, al contrario que esta, el guion de Walter Campbell deja a un lado toda forma de justificación para dejar intacto el misterio en torno a la criatura, los policías en moto y las razones que motivan sus actos. Esta apuesta por la libre interpretación del espectador da puntos adicionales a una película, por lo demás, tan intrigante como difícilmente clasificable. Una escena de ahogo acaba con un crío pequeño llorando solo en una playa. La marea sube, la sangre se hiela y nos coloca en posición de rehén de nuestra propia humanidad: una debilidad contagiosa que tendrá consecuencias para la criatura y, quizá, también para su intérprete, que con este papel toma un desvío europeo bastante alejado de su carrera hollywoodiense centrada mayoritariamente en grandes producciones.

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(Traducción del francés)

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