01/09/2013 - La fotógrafa y directora alemana J.Jackie Baier ha seguido durante diez años a la transexual Julia para relatar su dura vida como prostituta en Berlín

“No soy una mujer, pero tampoco un hombre. Soy una criatura retorcida. Cuando nací, Dios estaba distraído”. Así habla la transexual Julia Krivickas, que se prostituye en Berlín. En su Lituana natal era un prometedor estudiante de arte. La directora alemana J.Jackie Baier ha estado con ella varias veces durante los últimos diez años. La ha fotografiado y ahora se ha decidido a hacer una película sobre ella, Julia, presentada come evento especia en las Jornadas de los Autores-Venice Days de Venecia.

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tráiler
entrevista: J. Jackie Baier
ficha de la película] relata la parábola de una persona que podría haber tenido una vida más feliz, quién sabe, pero cuya identidad sexual y el rechazo la ha llevado por otros caminos. A vender su cuerpo primero en el puerto de su ciudad natal, Klaipeda, y luego por las calles de Berlín. Julia lo hace sin concesiones. Trabaja sin protección, ella dicta las reglas y se asume todos los riesgos: “Sin riesgos no hay champán”, ironiza.

Pero además del champán está la droga. Baier la muestra en sus espacios cotidianos, como el cine porno donde duerme, las calles donde se prostituye o los bares donde bebe con sus amigos, y captura la degeneración sin censura, mientras se inyecta heroína o está en un coche con un cliente. Combina el metraje con fotografías realizadas años atrás, cuando era hermosa y todos la paraban por la calle para preguntarle que maquillaje utilizaba. Pero sin abandonar su mirada trágica, testigo de que no tiene la vida de sus sueños, a pesar de que la ha elegido ella.

La directora viaja con ella hasta Lituania, donde Julia se enfrenta a su pasado. Se encuentra con sus antiguos vecinos, que no la reconocen al principio; con su profesora de pintura, que dice que era uno de sus mejores alumnos. Vuelve a ver su casa, la ventana de su habitación. Todo parece haberse parado hace doce años, incluso la desconfianza de su gente hacia los transexuales. Va al cementerio para visitar la tumba de su abuelo, pero escapa, no se siente digna: “Si viese en qué se ha convertido su nieto, me daría un tiro”.

La confianza entre directora y protagonista es la principal virtud de la película. Se conocieron en un bar. Ambas son transexuales. Durante una época han hecho el mismo trabajo. “Julia me recuerda a uno de los ídolos de juventud, Jackie Curtis, el dramaturgo transexual que se hizo famoso gracias a Andy Warhol”, explica Baier. Curtis decía hacer la revolución a través de la prostitución. La misma revolución de Julia para afirmar el derecho a la identidad sexual y de muchas otras personas, llamadas criaturas retorcidas como ella, en todo el mundo.

Julia es una producción de J. Jackie Baier en colaboración con la alemana Gamma Bak y la lituana Dagne Vildziunaite. Ha recibido el apoyo del Medienboard Berlin Brandenburg, Beautragte der Bundesregierung für Kultur und Medien, la Fundación de Apoyo a la Cultura de la República de Lituania y German Films.

(Traducción del italiano)