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BERLINALE 2015 Forum

Hedi Schneider is Stuck: un bajón de quita y pon

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- BERLÍN 2015: El segundo largometraje de Sonja Heiss cuenta la depresión rutinaria de una mujer alegre

Hedi Schneider is Stuck: un bajón de quita y pon

Con su pequeña bici, sus encantadores despistes y su tendencia al buen humor, la heroína epónima de la coproducción noruego-alemana Hedi Schneider is Stuck [+lee también:
tráiler
entrevista: Sonja Heiss
ficha de la película
]
, de Sonja Heiss, presentada en la sección Forum del 65 Festival de Berlín, recuerda vagamente al papel de la entrañable protagonista de Happy: Un cuento sobre la felicidad, de Mike Leigh, que le valió a Sally Hawkins un Oso de Plata en 2008. La primera escena del segundo largometraje de la realizadora de Munich (tras la aventura asiática en un hostal juvenil Hotel Very Welcome, del 2007) resulta bastante graciosa: vemos en ella a Hedi (Laura Tonke) tomarse con humor un pequeño contratiempo cotidiano: un ascensor bloqueado por el que le llega la voz apagada de un empleado que le recomienda no entrar en pánico cuando ella está totalmente serena y sonriente.

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Y después, de pronto, cuando uno de sus compañeros intenta un gesto desesperado, la amable esposa y enérgica madre, un poco infantil a veces, se derrumba. Primero piensa que es una hipoglucemia pero después sufre una crisis de pánico de verdad. El diagnóstico es claro, el mal inesperado que la achaca no puede ser otra cosa que una depresión. Nuestra heroína pierde de golpe toda su voluntad y se encierra en sí misma con la ayuda de unos medicamentos de los que abusa bastante (porque sin ellos el dolor es insoportable) y sobre todo de Uli (Hans Löw), su atento marido, impotente pero más comprensivo que su hijo, que se niega a aceptar una situación que no puede comprender.

Heiss muestra de manera sencilla, sin grandes recursos visuales o de guión, la soledad y la desesperación que acompañan a esta enfermedad invisible e infranqueable que es la depresión. También cuenta el desamparo del entorno del depresivo, que no puede hacer otra cosa que esperar a que pase, y sus dudas cuando la alegría empieza a volver, pero no saben si hay que interpretarla como tal o tan solo como una consecuencia de la inestabilidad. Dice también que la depresión se puede curar igual de misteriosamente que se cae en ella.

Pero pasadas las primeras escenas divertidas y entrañable a imagen del personaje de Hedi, vemos la humildad del enfoque de la guionista y realizadora tanto en la puesta en escena como en sus diálogos, lo que acerca a Hedi Schneider is Stuck más a la ficción televisiva que a la obra que necesita verse en la gran pantalla, aunque la escena final, pura como la inocencia, está bastante conseguida. Podemos suponer que a aquellos espectadores que han vivido de cerca la depresión la presentación de Heiss les puede parecer superficial, ya que esta enfermedad del alma está aquí separada de toda causa y se cura sin necesidad de un tratamiento riguroso, como si no fuera más que un accidente circunstancial, que se instala y se disipa sin previo aviso. Quizás sea esta la intención de la autora (el hecho de no hacer mención al psicoanálisis quizás sea deliberado), pero la película no va lo suficientemente lejos como para que podamos decir que nos transmite algo, más allá de que la depresión puede afectar a cualquiera y que es duro pero tiene remedio.

Hedi Schneider Is Stuck ha sido producida por las alemanas Komplizen Film y Zweites Deutsches Fernsehen (ZDF) y la noruega Mer Film, mientras que de las ventas internacionales se ocupa The Match Factory.

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(Traducción del francés)

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