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BERGAMO 2015

Modris: una nariz de púgil se rebela contra el mundo

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- Con una movilísima cámara al hombro, el director Juris Kursietis debuta en el largometraje relatándonos una historia real que mide los términos mínimos a los que han quedado reducidas las relaciones humanas

Modris: una nariz de púgil se rebela contra el mundo
Kristers Piksa en Modris

Riga, Letonia. También aquí, como en tantos otros lugares del mundo, el malestar social lleva a los jóvenes al alcohol y a los juegos de azar de manera compulsiva. Modris, el protagonista del film homónimo que compite estos días en el Bergamo Film Meeting, es uno de ellos: cada moneda es buena para ser arrojada en el interior de una tragaperras. Mentir, robar… todo medio es bueno para someterse a la hipnosis del juego. En una ilusión de inconsciencia, observamos al principio del metraje a este adolescente de 17 años de edad (interpretado por un sorprendente Kristers Piksa) alejándose de un bar con su novia. Sin embargo, un altísimo dolly nos enseña una ciudad nevada hecha de edificios grises bañados por una luz lívida que anuncia tragedias inminentes.

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"Acabarás como tu padre", le augura la madre (Rezija Kalnina). Como respuesta, Modris roba la estufa para revenderla a un tipo por unos pocos lats (no es hasta el 1 de enero de 2015 cuando la moneda oficial de Letonia ha pasado a ser el euro). Esta vez, sin embargo, la madre quiere darle una lección y llama a la policía, sin imaginar cuáles serán las consecuencias de su intento extremo por recuperar a un hijo que echa en falta casi desesperadamente una figura paterna.  

Con una movilísima cámara al hombro, el director Juris Kursietis presenta en Modris [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
 una historia real, relatada por un amigo abogado, que mide los términos mínimos a los que se han reducido las relaciones humanas. Sólo quien hace lo que tiene que hacer, sólo quien tiene dinero se salva.   

Kursietis ha trabajado durante años como corresponsal en el extranjero para la televisión letona y ha estudiado dirección en Sheffield en Inglaterra para posteriormente dirigir spots publicitarios y documentales (Hackers es del 2010). El que nos ocupa es su primer largometraje de ficción (que coproducen Alemania y Grecia). En él se comporta exactamente como un autor de ficciones documentales: material de actualidad social tratado a la manera cinematográfica. 

Un pero puede ser el uso de algún que otro cliché para ilustrar mejor las cosas. La distancia entre un estilo de vida disfuncional y el de una familia normal se recoge en una escena en la que la novia de Modris lo invita a casa con motivo de su 17º cumpleaños. Allí, los padres, burgueses, discuten sobre el tipo de libros que leen los jóvenes. Un delicado árbol florido dibujado en las paredes nos dice que hay un alma amable en el corazón del protagonista, aunque se trate de un acto vandálico. En cualquier caso, la verosimilitud de la historia y la nariz de púgil de mil batallas del joven actor (que los Dardenne querrían en una de sus películas) pesan más que cualquier defecto.

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(Traducción del italiano)

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