22/05/2015 - CANNES 2015: Isabelle Huppert y Gérard Depardieu brillan en una película sutil y depurada de Guillaume Nicloux, cuyo talento se encuentra en plena floración

Guillaume Nicloux ha emprendido un fascinante viaje sentimental a través del tiempo de la vida y el del cine con Valley of Love [+lee también:
tráiler
ficha de la película], presentada en competición en el 68^o Festival de Cannes. Y al orquestar, 35 años después de Loulou de Maurice Pialat, el reencuentro en la pantalla de los iconos franceses Isabelle Huppert y Gérard Depardieu, el director ha hecho más que ofrecerles simplemente una inmensa partitura que han recibido con los brazos abiertos. Posicionándose discretamente detrás de sus dos estrellas en su mejor forma, el cineasta consigue también crear pacientemente una obra ligada a lo esencial, a las raíces más profundas de una forma de cinéma-vérité de la existencia, yendo hacia atrás y hacia delante en el curso del tiempo para aclarar el presente y dejar al presente explicar el pasado. 

Ya que bajo la aparente banalidad de un puñado de días que una ex pareja pasa junta, reunida por el suicidio de su único hijo, es la historia de su relación la que desmenuza la película, rodeada de los ecos de sus uniones y sus separaciones. Los fantasmas de su pasado común (nada espectacular, simplemente las fricciones entre sus distintas naturalezas) aparecen y desaparecen sin cese a lo largo de su búsqueda del fantasma de este hijo que los ha enviado al umbral de la muerte, dejándoles cartas que los citan en California, especialmente en el Valle de la Muerte, suplicándoles pasar unos días juntos en él (con citas diarias en lugares y horarios bien determinados) si quieren verlo otra vez. Una misión que el padre cree que es totalmente absurda y a la cual se agarra irracionalmente la madre, reconcomida por la culpabilidad ya que su hijo ya no quería ver a sus padres, y habían pasado 15 años después de su encuentro con él.

Las fases diarias de esta confrontación kármica toman la dirección de la catarsis con, sin embargo, mucho humor y una gran ternura, bajo la corteza a veces ruda de la naturaleza de los protagonistas y su profundo conocimiento recíproco, que a veces provoca chispas entre ellos. Dicho rápidamente, es la vida la que tratamos, sin florituras, sin drama ni sentimientos artificiales, incluso aunque los dos personajes sean actores profesionales. Isabelle Huppert y Gérard Depardieu encarnan de hecho unos papeles a través de unos ejercicios de interpretación deslumbrantes, ella multifacética y él enorme (en todos los sentidos posibles). Recorriendo las carreteras y los cañones bajo un calor implacable, y desnudados en los ardientes rayos del sol, la pareja reconstituida efectuará una especie de exorcismo del tiempo, del peso de los miedos, de los remordimientos y los errores, tendiendo un puente entre ellos y liberándose a sí mismos al liberar el espíritu del difunto como si hubieran tomado prestado sin saber, a través de este "viaje en California" (en homenaje indirecto a Te querré siempre, de Roberto Rossellini), el Camino de los Fantasmas (la obra de Tony Hillerman) del chamanismo navajo, cuyo gran espíritu flota invisible en el Valle de la Muerte.

Nadie mejor que Sylvie Pialat habría podido producir Valley of Love como ella lo ha hecho con Les Films du Worso, en asociación con LGM Cinéma. Le Pacte distribuirá la película en Francia el 17 de junio y se encarga también de sus ventas al extranjero. 

(Traducción del francés)