23/09/2015 - SAN SEBASTIÁN: Se podría decir que la ópera prima de Svetla Tsotsorkova sigue los pasos de La lección, la ganadora del premio Nuevos Directores del año pasado en San Sebastián

Para el jurado presidido por Diego Lerer, va a ser difícil ignorar Thirst [+lee también:
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entrevista: Svetla Tsotsorkova
ficha de la película], el drama familiar de Svetla Tsotsorkova que compite en la sección Nuevos Directores del 63º Festival Internacional de Cine de San Sebastián (18-26 de septiembre). Una excelente dirección, unos personajes simpáticos y la creación de un convincente microcosmos pueden predestinar a esta ópera prima a llevarse el máximo galardón de la sección, que el año pasado fue a parar a La lección [+lee también:
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entrevista: Kristina Grozeva, Petar Va…
entrevista: Margita Gosheva
ficha de la película], de los directores búlgaros Kristina Grozeva y Petar Valchanov.

En su casa situada en lo alto de una colina, una familia llega a fin de mes con un servicio de lavandería para los hoteles locales. Con la ayuda de su hijo adolescente (Alexander Benev), la madre (una severa Svetlana Yancheva) lava docenas de sábanas y las pone a secar bajo el sol abrasador, mientras el padre (el actor y director Ivaylo Hristov, que vuelve a sus raíces interpretativas después de que su último trabajo como director, Losers [+lee también:
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entrevista: Ivaylo Hristov
ficha de la película], le hiciese ganar el Golden George a la Mejor Película en el Festival Internacional de Cine de Moscú de este año) arregla un electrodoméstico averiado en la casa. Su trabajadora pero tranquila vida se ve ensombrecida por una grave sequía que está afectando a toda la región. Por este motivo, una zahorí adolescente (Monika Naydenova) y su padre pocero (Vassil Mihajlov) van a la casa. Su presencia resultará una kriptonita benigna, pero poderosa, para la tranquila vida de la familia.

Existen muy pocos lugares más pintorescos que el escogido por Tsotsorkova para su historia sobre cómo las fuerzas externas pueden afectar a la vida tranquila de una familia. La vieja casa, rodeada de sábanas secándose al fuerte viento, parece un gigante marrón a punto de volar hacia el cielo con docenas de alas coloridas. Su aleteo podría causar tornados en China, pero lo cierto es que la rubia zahorí está en el centro de los cambios en la historia, escrita por el director junto con Svetoslav Ovcharov y Ventsislav Vasilev.

Con sus medias verdades, su sinceridad extrema y su comportamiento tranquilo y un tanto taciturno, la chica afirma lo que es obvio para los otros personajes. El chico sabe que ocupa sus días planchando las sábanas y con tareas de la cocina; la madre sabe que los años están volando tan rápido como los segundos entre el aleteo de las sábanas movidas por el viento seco, para no volver jamás; y el padre sabe que sus dos ataques al corazón lo han convertido en un anciano. Presentada por el director como una "película íntima y autobiográfica”, Thirst demuestra que no solo la tierra puede quebrarse a causa de la sequía, el alma también.

El atento manejo de la cámara del director de fotografía Vesselin Hristov llena la pantalla con infinitos marrones, y el director salpica las tribulaciones de los personajes con momentos divertidos, meditativos y entrañables que, al final, convierten la colina, su sinuoso camino de tierra y la casa en un absorbente microcosmos de necesidades familiares.

Aunque algunos de los diálogos parecen demasiado rebuscados para unos personajes congelados en el tiempo en su zona remota y aislada, Thirst será una experiencia agradable en cines. Si no estáis en San Sebastián, no hay de qué preocuparse: antes de su estreno mundial, la película ya ha sido seleccionado para una docena de festivales de cine, entre ellos Zúrich, Haifa, Londres y Hamburgo.

Thirst es una producción de Front Film. La compañía francesa Alpha Violet se encarga de las ventas internacionales.

(Traducción del inglés)