01/10/2015 - El paquete de medidas propuesto lleva hasta los 30 millones los gastos deducibles y prevé un incentivo fiscal de un 30% para todas las películas en lengua francesa y algunas en lengua extranjera

La ministra de cultura francesa, Fleur Pellerin

En un contexto europeo ultracompetitivo en el que cada país ensalza lo atractivo que resultan sus incentivos fiscales para que equipos de rodaje vayan a trabajar a sus territorios, y después del intenso lobbying mediático de Luc Besson a favor de las producciones francesas en lengua extranjera (a imagen y semejanza de su próxima película, Valerian), que no podían optar hasta ahora ni a los beneficios tributarios del cine nacional ni al programa de ayudas a largometrajes internacionales, el gobierno francés ha evaluado la situación (la tasa de externalización de las películas francesas con un presupuesto superior a 10 millones de euros ha ascendido un 57% en el primer semestre de 2015) y ha decidido mejorar claramente la competitividad de los incentivos fiscales franceses para el séptimo arte.

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El proyecto de ley de finanzas para 2016 presentado por la ministra de cultura gala, Fleur Pellerin, prevé, así, que el conjunto de obras cinematográficas rodadas en lengua francesa, así como las películas de animación y las ficciones con grandes efectos especiales podrán optar a un crédito tributario de un 30% (en gastos elegibles), frente al 20% actual (salvo para las obras con un presupuesto inferior a los 4 millones de euros, que ya contaban con ese 30%). Además, el límite del crédito fiscal para una misma obra cinematográfica se dispara por completo, pasando a los 30 millones de euros (contra los 4 actuales) en 2016. Por último, y esto constituye toda una novedad en el sistema de subvenciones francés, los incentivos fiscales para el cine nacional "se abrirán a algunas obras en lengua extranjera": concretamente, a las películas "con una fuerte dimensión cultural que impliquen el uso de una lengua extranjera por razones artísticas ligadas al guion" y las "ambiciosas producciones de cine de animación que cuenten con grandes efectos especiales y se dirijan al mercado internacional". Cabe destacar que el presupuesto de 2016 del ministerio de cultura francés prevé para este estímulo tributario un presupuesto global de 98 millones de euros (o sea 45 millones más que en 2015): un claro esfuerzo que no por ello deja de tener buenas razones económicas detrás, pues centralizar los rodajes en Francia permite estructurar la red empresarial relacionada con el cine, competir en cultura y crear numerosos puestos de trabajo. En efecto, se estima que por cada euro invertido en este paquete fiscal, 11,16 euros de inversión llegarán al sector cinematográfico y 3,1 euros de retorno tributario y social volverán al Estado.

Cabe señalar asimismo que, a través del proyecto de ley de finanzas de 2016, el presupuesto del CNC quedará fijado en 672 millones de euros (un 1,38% más) y no estará sometido a recortes durante el curso para llenar las arcas de los presupuestos generales del Estado, como ocurrió en años anteriores, repercutiendo muy negativamente en los profesionales del sector.El sistema francés, fundado en un mecanismo de mutualización de las empresas de difusión de contenidos audiovisuales con el incentivo de reinvertir y favorecer creaciones posteriores, tiene en el CNC la entidad que percibe directamente tres impuestos (sobre el precio de entradas en los cines, un 10,72%; sobre los servicios de televisión, y sobre la adquisición de servicios ligados al vídeo físico y a las plataformas VOD) que se redistribuyen inmediatamente por toda la red de profesionales del cine a través de los fondos de ayudas.

(Traducción del francés)