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INDUSTRIA Francia

Radiografía de las salas francesas

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- Las salas están en buen momento, con 2020 establecimientos y 5647 pantallas, pero hay algunas tensiones en torno a los cines más pequeños y la transición digital

Radiografía de las salas francesas

Reunidos la semana pasada en Deauville con motivo del 70º Congreso de la Federación Nacional de Cines Franceses (FNCF), los propietarios de salas del Hexágono han pintado un panorama más bien favorable de la coyuntura en su sector, que el año pasado consiguió 208.97 millones de espectadores (es decir, 3.35 entradas por habitante en 2014). Es cierto que Francia dispone de un parque de salas bastante importante (2020 establecimientos con 5647 pantallas, de los cuales 149 son complejos multisalas que en total tienen 2074 pantallas), así como de una excelente distribución de la red por el territorio, como lo demuestra el informe "La geografía del cine", publicado por el Centro Nacional de Cine (puede descargar el documento en este enlace): 1644 municipios franceses disponían el año pasado de al menos una sala de cine en activo; París destaca a escala mundial, con 404 pantallas en 87 establecimientos.

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Entre las múltiples cifras que se han hecho públicas, también hay que destacar que 1116 salas de cine han recibido la clasificación "Cine de repertorio" en 2014, y que el precio medio de las entradas en los cines franceses (incluyendo impuestos y sin contar las entradas gratuitas) asciende a 6.24 euros. Además, una de las conclusiones de la encuesta Publixciné no puede sino incitar a los propietarios al optimismo, ya que el 81.0% de las personas encuestadas piensan que la sala de cine sigue siendo la mejor manera de descubrir una película (contra 7.6% que prefiere la televisión, 4.9%  internet, 3.9% DVD o Blu-ray y tan solo un 2.6% que prefiere el vídeo bajo demanda).

Esta buena salud global de las salas francesas no hace desaparecer el recelo causado por ciertos temas espinosos, especialmente el caso de los cines más pequeños (el 73% de las salas), que tienen dificultades de acceso a las películas, pues los distribuidores les ponen problemas para proveerles las películas dentro de las primeras semanas de después del estreno, y les exigen a menudo una "pantalla completa" un tanto desmesurada para las pequeñas salas, sobre todo para las que solo cuentan con una pantalla, que tienen que trabajar más bien con una programación múltiple para satisfacer a su público.

La cuestión del próximo fin de los VPF (la contribución obligatoria de los distribuidores a los propietarios en el marco de una transición digital de las salas que finalmente se ha llevado a cabo con gran rapidez en Francia) es también un tema polémico, pues los propietarios han constatado que sus costes de explotación son significativamente mayores con respecto a la época del 35mm.

Finalmente, se puede apuntar con timidez un resquebrajamiento de la unanimidad que hizo posible la instauración en 2014 de una tarifa de 4 euros para los espectadores de menos de 14 años (leer la noticia). Las salas del grupo CGR han cambiado la oferta este verano, fijando una nueva tarifa de 4.50 euros por sesión y aumentando el límite de edad a los 16 años.

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(Traducción del francés)

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