06/10/2015 - La película del zuriqués Micha Lewinsky, cuyo estreno mundial acaba de tener lugar en el marco del Zurich Film Festival, es un retrato sobrecogedor de una familia normal

A Decent Man (Nichts passiert) [+lee también:
tráiler
ficha de la película], presentada al concurso internacional del Festival de Zúrich en su estreno mundial, hace impacto en el público en el pecho, justo donde más duele. Micha Lewinsky presenta una familia aparentemente unida y serena que muestra poco a poco su verdadera naturaleza, sus vicios y sus innumerables debilidades. A pesar de una aparente “normalidad”, signo de pertenencia a una sociedad en la que sólo las apariencias cuenta, el núcleo familiar descrito por el director zuriqués debe enfrentarse con verdades incómodas y secretos que han permanecido demasiado tiempo ocultos. 

Thomas (potente interpretación de Devid Striesow) es un hombre jovial, ligado a su familia y listo para hacer cualquier cosa con tal de hacer feliz a su mujer, Martina, y a su hija, Jenny. Aunque las dos mujeres no muestran un gran entusiasmo por la idea, Thomas organiza una semana de vacaciones en los Alpes con la utópica esperanza de poder relajarse y aprovechar a fondo la ilusoria armonía familiar. Sarah, la hija de su jefe, se une a la comitiva, lo que no mejora, en ningún caso, las cosas. Thomas autoriza a las dos chicas a que vayan a una fiesta montada por Severin, hijo de un amigo. Pero será una noche que tendrá graves consecuencias para Sarah y también para Thomas, que prefiere cerrar los ojos en lugar de afrontar el problema, como el adulto responsable que debería ser ya. El peso de las mentiras y la culpa acabarán sucumbiendo y provocando una espiral de cuerda locura sin salida. 

¿Qué pasa cuando las mentiras se transforman en una prisión? Thomas, el antihéroe de A Decent Man, se ve enfrentado a esta pesada cuestión, víctima (in)voluntaria de un mundo hecho de mentiras y falsas apariencias. Thomas es absorbido en un mundo paralelo en el que las debilidades y los fallos parece inexistentes, lavados como por acto de magia. ¿Pero qué precio se paga por este aparente milagro? Micha Lewinsky traza el retrato de un hombre frágil e inseguro que no consigue encarnar el papel social que le ha sido asignado: padre de familia, periodista brillante y marido comprensivo. En realidad, su vida familiar está yéndose a pique y, con ella, su trabajo, que ya no le da las satisfacciones de antaño. Los papeles (familiares y sociales) se deshacen y la difícil recomposición identitaria se vuelve resbaladiza para Thomas, con riesgo de caer en la locura. La suya es una lucha constante por la armonía y la normalidad en una sociedad que ya ha perdido el control y que rechaza aceptar su visión del mundo ingenuamente saneada. El amor se transforma con inquietante facilidad en odio y la violencia toma el lugar de la ternura en un sucederse de situaciones con sabor surrealista.

Micha Lewinsky pone frente a la cámara a un hombre que, muy a su pesar, debe convivir con una violencia que forma parte visceral de él mismo. Thomas explotará tarde o temprano ante su aparente sumisión a una mujer de trazos tiránicos que no siente ya ningún amor por él y a un jefe manipulador que no deja de jugar conscientemente con sus puntos débiles. El peso de las responsabilidades tanto familiares como también sociales activará la bomba y las consecuencias serán devastadoras. Las apariencias suelen engañar y el peligro siempre aguarda escondido pacientemente tras el más fino velo de normalidad. 

A Decent Man tiene como agente de ventas internacionales a Plan B Film.

(Traducción del italiano)