20/05/2003 - La nostalgia por el pasado y la apertura al Occidente en las ex repúblicas soviéticas. Fusión posible en una primera película intimista de Julie Bertuccelli

Lejos de los reflectores de la competición oficial se ha presentado una película intimista muy interesante. Depuis qu'Otar est parti, debut de la prometedora Julie Bertuccelli, es una coproducción franco-belga en cartelera en la Semana de la Crítica. Ayudante de director con Krysztof Kieslowski y Otar Iosseliani, la joven directora francesa ha elegido Georgia como escenario de la película, y como personajes a tres generaciones de mujeres que aman a Francia.

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Una abuela, una madre y una hija de 25 años sobreviven en la Georgia actual soñando con París, adonde su pariente Otar se ha marchado a buscar trabajo. La muerte accidental de este personaje, invisible en la película, lanza a las tres mujeres a un mundo de mentiras del que huirán con un viaje hacia la mítica capital francesa.
La trama, una comedia dramática realizada con delicadeza, consigue transmitir los sentimientos de la solidaridad femenina y el desencanto en las antiguas repúblicas soviéticas, donde la nostalgia por el pasado se mezcla con el sueño por Occidente. Esta producción entre la francesaLes Films du Poisson y la belga Entre Chien et Loup confirma la solidez de la alianza entre los dos países para difundir el buen cine de autor. Una solidez fortalecida este año en Cannes con la presencia en la Quincena de los Realizadores de Des Plumes dans la tête de Thomas de Thier, y de Stormy Weather de Solveig Anspach y Mille mois de Faouzi Bensaïdi en Un Certain Regard.

(Traducción del francés)