10/11/2015 - La actriz se mete en un papel dramático en lo nuevo de Massimiliano Bruno, que se estrena el 12 de noviembre. Alessandro Gassmann y Fabrizio Bentivoglio la acompañan en el reparto

Alessandro Gassman y Paola Cortellesi en una escena de Gli ultimi saranno ultimi

¿Hasta dónde se puede llevar para conseguir que a uno le devuelvan el trabajo, la dignidad y la vida? Esta pregunta se formula Massimiliano Bruno en su nueva película, Gli ultimi saranno ultimi [+lee también:
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ficha de la película], un relato desesperado que abarca nueve meses acerca de una mujer que se queda embarazada, lo que le lleva a perder el empleo. Habíamos visto una situación similar en la comedia negra Ho ucciso Napoleone [+lee también:
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ficha de la película] (leer más) pero aquí el tono es totalmente distinto, casi tanto como resulta con respecto al de las anteriores películas de Bruno (Nessuno mi può giudicare [+lee también:
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ficha de la película], todas ellas comedias con una mirada interesada en lo social pero partiendo siempre desde la risa). Gli ultimi saranno ultimi, adaptada a partir de su propia obra teatral homónima, que data de 2005, es, sin embargo, una comedia amarga, dramática, un puñetazo en el estómago que uno no se espera en absoluto y que regala un papel insólito a Paola Cortellesi, a quien estamos acostumbrados a ver en personajes brillantes.

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Luciana (Cortellesi, asimismo coguionista y ya protagonista única de la obra de teatro) no desearía nada más que regresar a su vida anterior, sencilla, en Anguillara, a las orillas del lago: las vacaciones en octubre cuestan menos, los picnics con los amigos, el trabajo monótono en la fábrica… Pero desde que se quedó embarazada (su mayor sueño), su mundo se está desmontando a toda velocidad: no le renuevan el contrato; su marido, Stefano (Alessandro Gassmann), fracasa en una inversión; el dinero escasea… El vientre crece al mismo ritmo que se desvanece su seguridad: la amistad, el amor, la promesa de una contratación futura... El film muestra cómo una persona normal y honesta puede perder el control y convertirse en un sujeto peligroso. “Hay un momento en la película en que Luciana se encuentra en el infierno”, explica Bruno, “pero su reacción acontece no tanto cuando pierde los bienes materiales sino cuando pierde los afectos y la estabilidad emotiva”.

Como contrapunto a la vida cotidiana de Luciana tenemos la historia del policía Zanzotto (Fabrizio Bentivoglio), transferido con deshonor por un feo asunto en el que se ha visto involucrado y que le ha granjeado el desprecio de sus compañeros. El agente entablará una amistad afectuosa con una mujer sudamericana un tanto ambigua (Irma Carolina Di Monte) y no se da cuenta de que toda la gente del pueblo se ríe a sus espaldas. Ni en su trabajo ni en su vida privada acierta una. En la primera escena de la película, los vemos a él y a Luciana cara a cara con las pistolas en la mano. La hora y media que se sigue explica cómo han llegado ambos a ese punto. Ilaria Spada, Stefano Fresi, Maria Di Biase son otros miembros del reparto.

Bruno habla, para esta película, de un “cambio de rueda inteligente”, tanto por su parte como por la de sus productores, Fulvio y Federica Lucisano: “Todos me aconsejaban algo más fácil”, relata el cineasta, “pero hacer esta película era para mí una obligación porque es lo que veo en torno a mí desde hace años: amigos precarios que aguantan de todo”. Un tema que, diez años después de su debut en el teatro, no ha perdido un ápice de actualidad y se traduce en la gran pantalla con gran realismo y con una mirada afectuosa y esperanzada por sus personajes: “Nuestro señor dijo que los últimos serían los primeros pero no dijo cuándo”, dice Luciana. Quizá le toque descubrirlo a su hijo.

Gli ultimi saranno ultimi es una producción de Italian International Film y Rai Cinema de la que 01 distribuye el 12 noviembre 300 copias en Italia.

(Traducción del italiano)