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VENECIA 2016 Competición

El jardín de Jeannette: la vida, ni tan buena ni tan mala

por 

- VENECIA 2016: El francés Stéphane Brizé, director de La ley del mercado, vuelve con una historia sobre la condición femenina basada en una obra de Maupassant

El jardín de Jeannette: la vida, ni tan buena ni tan mala
Swann Arlaud y Judith Chemla en El jardín de Jeannette

¿Cómo se pasa de sopetón de la crisis contemporánea del mercado de trabajo a un folletín decimonónico, produciendo dos películas igualmente brillantes? Esto es exactamente lo que ha conseguido Stéphane Brizé. El año pasado estrenó La ley del mercado [+lee también:
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, que le valió al protagonista, Vincent Lindon, el premio a mejor actor en el Festival de Cannes, y ahora ha vuelto con El jardín de Jeannette [+lee también:
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(Une vie), adaptación de una novela de Maupassant que compite en el Festival de Venecia.

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Thierry, que se enfrentaba a un cruel dilema moral en La ley del mercado, no es tan diferente a Jeanne, joven aristócrata pisoteada por el destino. La primera película es una crítica encarnizada de la lógica de acumulación de riqueza que impulsa a la industria, la segunda aborda el tema de la condición femenina en el siglo XIX. El valor político de las dos cintas es igual de grande, y las dos se sirven de una misma técnica fílmica: la cámara de mano.

Publicada en 1883, Une vie es la primera novela de Guy de Maupassant, considerada por Tolstói como la mejor obra narrativa francesa desde Los miserables, de Victor Hugo. Stéphane Brizé la adapta a la gran pantalla con una gran belleza, enmarcando a la heroína, que encarna una espléndida Judith Chemla (una interpretación digna de la Copa Volpi), en el formato 4:3 (también conocido como 1.33:1), aprisionándola de esta manera en una existencia atormentada. 

Normandía, año 1819. La inocente Jeanne, única hija del barón Simone-Jacques Le Perthuis y su mujer Adelaide (Jean-Pierre Darroussin y Yolande Moreau), acaba de dejar el convento en el que estudiaba y tiene toda su vida por delante. La vemos cuidando un huerto en las tierras de su familia, bajo la mirada atenta de su padre, y jugando sin preocupaciones con su sirvienta Rosalie (Nina Meurisse), que tiene la misma edad que ella y fue criada por la misma nodriza. Pronto conoce al vizconde Julien de Lamare (Swann Arlaud), de quien se enamora inmediatamente, y se casa con él. Jeanne no tarda en descubrir que él ha estado engañándola desde antes de la boda con Rosalie, que está embarazada; la criada es despedida. Julien obtiene el perdón de su esposa, pero pronto vuelve a serle infiel con una vecina. "Todos mienten", se queja una desconsolada Jeanne al sacerdote local. Julien muere a manos del marido de su amante, dejando a la joven aristócrata sola con su hijo, Paul, que tiene problemas de salud. A los 15 años, el chico se va de casa para estudiar y se enamora de una prostituta, acumula una deuda de cientos de francos y huye a Londres, donde lleva una vida disoluta y no para de enviar peticiones de dinero a su madre. Ha pasado un cuarto de siglo, y Jeanne aparenta más edad que sus 42 años. Con sus padres muertos y sin blanca, recibe la ayuda de la leal Rosalie, que ha regresado junto a su antigua amiga. La criada pronuncia la última frase de la película (y del libro), un homenaje al gran Flaubert: "La vida nunca es ni tan buena ni tan mala como creemos".

El jardín de Jeannette es el relato sutil de una vida de emociones ingenuas y profundas decepciones, a través de la cual el director nos va guiando con todo el ingenio de la escritura de Maupassant, desmontando la novela en una serie de flashbacks luminosos y sombríos saltos hacia el futuro. Yo soy Jeanne, ha declarado Stéphane Brizé, al igual que Flaubert, reconociendo su cercanía con la protagonista, el hecho de que la película contiene elementos de su propia vida. El cineasta ha pasado 20 años trabajando en este film, una labor que bien se merece el reconocimiento del público.

La película ha sido producida por Francia (TS Productions, France 3 Cinéma, F Comme Film, CN5 Productions) y Bélgica (Versus Productions); MK2 Films se encarga de las ventas internacionales.

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(Traducción del italiano)

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