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TRANSILVANIA 2016 Competición

La puerta abierta: la fascinación de la maternidad

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- El primer largometraje de Marina Seresesky fue bien recibido en la competición del festival de Transilvania y tiene opciones de alzarse con el premio del público

La puerta abierta: la fascinación de la maternidad

Aunque enfrenta una competición bastante ardua (leer más), el primer largometraje de Marina Seresesky, La puerta abierta [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, tiene opciones de lograr uno de los galardones más preciados de la 15ª edición del Transilvania International Film Festival, que se celebra entre el 27 de mayo y el 5 de junio en Cluj-Napoca: el premio de público. Es el único reconocimiento que no decide un jurado, sino los espectadores, y viene acompañado de distribución en cines rumanos. 

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La puerta abierta combina el drama y la comedia negra de manera inteligente, divertida y adorable y se centra en Rosa (Carmen Machi), una prostituta en horas bajas que vive con su madre, Antonia (Terele Pávez), tan senil como combativa, en una corrala madrileña. Todos los pisos del edificio dan a un patio común que constituye el escenario para el “entretenimiento”: vecinos tan pobres como Rosa se pelean sin parar, ríen y se ayudan mutuamente a través del patio, dada la proximidad de sus viviendas, como unos estudiantes de residencias. El escenario es todo lo verdadero que cabría esperar y ayuda al espectador a descubrir los diferentes aspectos de la vida de Rosa, ora desalentadores, ora impactantes, siempre coloridos.

Estamos en Navidad y uno podría decir que pocas cosas hay más tristes que una prostituta de mediana edad que camina por las calles de una noche fría. Sin embargo, el guion de Seresesky no tiene ningún afán de mendigar la compasión del público. Rosa es dura como la roca y está muy alejada del perfil de soñadora; ella, simplemente, toma las cosas como le vienen. Un día, otra vecina prostituta muere de sobredosis, dejando atrás a Lyuba (Lucia Balas), una cría de siete años de edad que se esconde, asustada por toda la conmoción que rodea a la tragedia. Este acontecimiento cambiará las cosas en el piso de la endurecida heroína Rosa. Aunque decide tomar el camino exacto que el público espera de ella, su evolución se percibe plausible y conmovedora: la guionista y directora encuentra muchas formas de sorprender al espectador y hacer del viaje cinematográfico que presenta algo realmente meritorio.

El talento de Seresesky para los diálogos acalorados y para recrear el sórdido entorno en que vive el personaje hacen que La puerta abierta recuerde en cierto modo el espíritu de las películas más antiguas de Pedro Almodóvar. El parecido es aún más obvio cuando Lupita (Axier Etxeandia) entra en escena. Lupita, un travesti de más de metro ochenta que tiene un corazón de oro y una lengua de lo más sarcástica, no es el personaje principal pero sí uno de los pivotes de la historia. Casi cada decisión de la protagonista debe mucho a Lupita, a la que da vida con brillantez Etxeandia, revelando, obviamente, la complejidad y la exhuberancia de su rol. No sorprende especialmente que Lupita sea quien demuestre tener más dotes como madre. Sin embargo, es una pena que el guion no haga justicia al personaje, al deshacerse de él en un momento desafortunadamente improbable.

La puerta abierta es una producción de la española Meridional Producciones. Verá la luz en los cines del país este otoño. La cinta ya logró el premio al mejor guion en el festival de cine de Guadalajara y participó en marzo en el festival internacional de cine de Sofía (Bulgaria).

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(Traducción del inglés)

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