23/06/2016 - Lo nuevo de Svetozar Ristovski nos introduce en el contrabando de refugiados para reflexionar sobre la deshumanización de una sociedad corrupta

Con su tercer largometraje, Lazar [+lee también:
tráiler
entrevista: Svetozar Ristovski
ficha de la película], proyectado a concurso en el Brussels Film Festival, Svetozar Ristovski retoma el leitmotif de una sociedad que corrompe a la población. Si en la producción macedonia de 2004 titulada Mirage un adolescente se enfrentaba con la realidad cruel del país tras la disolución de Yugoslavia, Lazar está ambientada en la actualidad, cuando las fronteras definen el destino de la gente, y presenta la vida de un veinteañero (Vedran Živolić) que vive de llevar ilegalmente a gente hasta Europa.

Lazar retrata una realidad de hace un par de años, cuando para los refugiados Grecia constituía la entrada a la tierra prometida de la Unión Europea. La cinta, por tanto, representa una inmersión directa en las raíces del problema, que ha ido en aumento en Europa a lo largo de este último año, convirtiendo a Macedonia en parte de la ruta balcánica que recorren miles de refugiados en busca de una vida mejor. La perspectiva de la película no es fácil: la de los propios traficantes de seres humanos. Aquí, el desempleo, la falta de oportunidades y la corrupción obligan a un grupo de personas a involucrarse en el contrabando de refugiados. La deshumanización de la gente con la que se trafica es el único modo que tienen sus amos de seguir con su trabajo. Esto lo refleja muy bien la cámara del director: los refugiados en Lazar no son más que sombras sin nombre, figuras sin rostro.

El personaje principal, Lazar, es discreto, inteligente y eficaz. La impactante interpretación de Živolić atrapa al público con su retrato de las luchas internas, las dudas, el asco y el desamparo de un joven que se encuentra entre la espada y la pared. Con todo, el centro de atención de la película no es tanto Lazar cuanto el paso de personajes que propician sus encuentros, representándonos así a la Macedonia contemporánea: Lazar se enamora de una joven que vende azulejos (Natasha Petrovic) y espera volver a la universidad; el hermanastro de Lazar (Dejan Lilic) es un hombre desesperado atolondrado por sus fracasos que quiere que su hijo se sienta orgulloso de él; la madre del protagonista fue abandonada por su marido y emigró a Alemania para labrarse una nueva familia; un amigo de Lazar se ha hecho con un pasaporte búlgaro (la manera más sencilla de acceder directamente a la UE) y le recomienda hacer lo mismo.

Con esta combinación de diferentes elementos del drama social más realista y un toque de película de gangsters francesa, Lazar presenta el despertar moral de un joven en la medida en que el amor y la tragedia le hacen replantearse su propia vida y acercarse verdaderamente a la gente que lo rodea. En conclusión, un largometraje atractivo que cuestiona la (co)existencia humana y el precio de la supervivencia.

Lazar es una coproducción entre Macedonia, Croacia, Bulgaria y Francia a través de Arizona Productions, Gala Film, Small Moves y MP Films. Arizona Films asimismo gestiona las ventas internacionales del film y lo distribuirá en Francia.

(Traducción del inglés)