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ARRÁS 2016

La vida de Anna: "¿No sabe que sin dinero no se hace nada?"

por 

- La esperanza de exiliarse en Estados Unidos, tema central del primer largo de la georgiana Nino Basilia. Un film muy realista que sabe administrar el suspense

La vida de Anna: "¿No sabe que sin dinero no se hace nada?"

Tomar decisiones extremas que comprometen toda una vida, así como las de los seres queridos, tratar de transformar un sueño en realidad adentrándose en lo desconocido y destruyendo los puentes con el pasado: depositar la esperanza en el exilio no es cosa fácil, sobre todo bajo una condición económica precaria en la que el dinero es una preocupación cotidiana y capital, y en la que solamente el hecho de dejar el país de origen ya requiere considerables recursos. Tal es la temática abordada, con un realismo y una empatía extraordinarios, por la georgiana Nino Basilia en su primer largo de ficción, La vida de Anna [+lee también:
tráiler
entrevista: Nino Basilia
ficha de la película
]
, que compite esta semana en el 17º Festival de Arrás tras haber ganado, entre otros premios, el máximo galardón del Cinema Jove de Valencia.

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Escrito por la realizadora, el guión gira completamente en torno a Anna (la actriz revelación Ekaterine Demetradze), una joven y guapa treintañera divorciada que está pluriempleada, como limpiadora en casas de particulares y fregando platos en un restaurante, para asegurarse su propia subsistencia en Tiflis y, sobre todo, la de su hijo Sandro, un autista ingresado en una institución especializada. Una madre coraje que vive resignada, contando cada céntimo y llevándose a casa las sobras de comida, una rutina que interrumpe a veces para visitar a su abuela, que está perdiendo la cabeza y también necesita sus cuidados. Este panorama podría parecer bastante sombrío, pero la cineasta logra no oscurecerlo excesivamente, gracias, de un lado, al espíritu luchador y la bondad de la protagonista, que es retratada minuciosamente a través de todos sus gestos, tanto en el trabajo como en sus desplazamientos, y gracias, del otro, al objetivo que espolea a Anna: conseguir un visado para Estados Unidos, donde la acogerá un conocido de Irma, su mejor amiga. Esta perspectiva le infunde una gran esperanza de una vida diferente, así como un cargo en su conciencia, ya que tendría que dejar atrás a su hijo y a su abuela; pero emigrar es para ella el único modo concebible de salir de la pobreza en la que está estancada, y ejercer por fin como médica, profesión para la que estudió en Georgia una carrera universitaria que finalmente no le ha servido para nada. Pero para hacer realidad su sueño, necesita dinero: la embajada estadounidense le niega un visado, considerando que sus ingresos son insuficientes, y los servicios sociales locales le deniegan el derecho a una pensión ("si ayudáramos a todo el mundo, el Estado estaría en quiebra", "no intente usar a su hijo para que nos apiademos de su suerte"). Decidida a no rendirse, Anna acepta la ayuda de un antiguo pretendiente de Irma, que intenta seducirla con la promesa de un visado falso. Pero el precio es demasiado elevado, y tras flirtear con la tentación de robar o de ofrecer su cuerpo a cambio de los papeles, Anna decide vender su apartamento. Solo tiene un mes para llevarse sus cosas, y pronto se encontrará presa de un despiadado engranaje...

Mezcla de humanismo y de constatación implacable, La vida de Anna es un primer largo particularmente impresionante por la calidad con la que plasma la vida cotidiana de una mujer que se enfrenta a una sucesión de momentos críticos, y a sus dudas y contradicciones, con una determinación desgarradora que sirve de motor a la trama, incluso cuando sus esperanzas no se ven satisfechas. Como una mariposa tratando de escapar al destino que la retiene en una existencia sin horizontes, Anna lucha contra la fatalidad, y la realizadora, que administra hábilmente el suspense de la narración, rinde a través de este bello personaje un homenaje conmovedor (y sólidamente dirigido) a todas esas mujeres que tratan de mover montañas en un contexto socioeconómico en el que el dinero levanta barreras infranqueables hasta para las mejores intenciones, los sueños y la solidaridad.

Producida por studio 99, La vida de Anna es vendida internacionalmente por la compañía francesa New Morning Films.

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(Traducción del francés)

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