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CANNES 2018 Quincena de los Realizadores

Crítica: Dear Son

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- CANNES 2018: En la misma línea que su primera película Mohamed Ben Attia cuenta la historia de un padre tunecino cuyo hijo, distante y reservado, desaparece de forma repentina

Crítica: Dear Son
Mouna Mejri, Zakaria Ben Ayed y Mohamed Dhrif en Dear Son

Mohamed Ben Attia ya muestra un estilo reconocible en su segundo largometraje. Aunque el argumento de Dear Son [+lee también:
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, presentada en el Festival de Cannes dentro de la 50ª edición de la Quincena de los Realizadores, sea muy diferente a Hedi, un viento de libertad [+lee también:
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 (Oso de Plata a la Mejor interpretación masculina y premio a la Mejor ópera prima en Berlín en 2016), es reconocible: cierto minimalismo en su forma de centrarse exclusivamente en un protagonista masculino analizado hasta el más mínimo detalle, sin excederse en explicaciones, que hace un recorrido personal silencioso hasta llegar a una discreta epifanía; una mirada al Túnez actual y a la convivencia entre tradición y modernidad; personajes femeninos que permanecen en un segundo plano pero que son una representación matizada del lugar de la mujer en la sociedad tunecina moderna; su forma de detener el tiempo un instante (en ambos casos durante una estancia en un hotel) y dejar ir solos a sus personajes, tomar distancia… Ben Attia, que trabaja con los mismos productores desde sus primeros cortometrajes, ha vuelto a colaborar en Dear Son con Frédéric Noirhomme, el director de fotografía de su primera película.

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Más allá de estos puntos en común con Hedi, la historia que se desarrolla en la película es completamente diferente: mientras Hedi era un treintañero reticente a acceder al matrimonio concertado por su madre, Riadh (un Mohamed Dhrif conmovedor) es un padre sexagenario que está a punto de jubilarse tras de una vida de trabajo modesta pero honesta, y que se preocupa por su hijo Sami (Zakaria Ben Ayed), un joven ausente (en espíritu, y después físicamente), que padece migrañas y, quizás una depresión, mientras se prepara para aprobar bachillerato. La primera parte de la película se centra en observar la atenciones del padre entregado, que se sacrifica por su familia sin pedir nada a cambio (afortunadamente, su amiga y compañera de trabajo, la moderna Sameh, interpretada por la estrella del pop Imen Cherif, lo hace por él, al igual que Ben Attia, ya que el hijo y la mujer sólo aparecen en el relato para contextualizar la situación y el recorrido de Riadh), que rompe sus propias barreras, lleva a su hijo a un psiquiatra y deja de mentir por pudor o para proteger su entorno de verdades muy duras.

Tras la desaparición voluntaria del hijo, que sirve de inicio al relato, la segunda parte se centra en su búsqueda, hasta la frontera turco-siria, ya que Riadh quiere comprender lo que no ha visto. Sin embargo, cuando dice que lo único que quiere es la felicidad de su hijo, da una lectura diferente a su búsqueda, que junto con los consejos de Sameh, dan lugar a una definición interesante del concepto de sacrificio: “Decimos eso pero en el fondo sólo nos importa nuestra propia felicidad”. En ausencia de Sami, Riadh puede hacer al fin este recorrido.

Dear Son ha sido producida por Nomadis Images (Túnez) y coproducida por Les Films du Fleuve (Bélgica) y Tanit Films (Francia), mientras que Luxbox se encarga de la ventas internacionales.

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(Traducción del francés por Carolina Benítez)

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