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ODESA 2018

Crítica: Delta

por 

- El último film del ucraniano Oleksandr Techynskyi es un logrado documental naturalista con el delta del Danubio como protagonista

Crítica: Delta

Al director de fotografía y realizador ucraniano Oleksandr Techynskyi se le conoce por ser uno de los tres correalizadores de All Things Ablaze (2014), que quizás es la mejor película sobre las protestas del Maidán. Para conseguirlo, él y sus codirectores, Aleksey Solodunov y Dmitry Stoykov, reunieron imágenes que crearon como reporteros en el corazón de las protestas en la capital ucraniana: peleas entre la policía y los manifestantes, con fuego, gas lacrimógeno y balas en abundancia. Pero su nuevo trabajo, Delta [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, que se prestrenó mundialmente en DokLeipzig y se proyecta actualmente en la Competición Nacional del Festival Internacional de Cine de Odesa, es un tipo de película completamente diferente.

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Ambientada en el delta del Danubio, en la región de Bukovina, compartida entre el nordeste de Rumanía y Ucrania occidental, Delta es un documental naturalista en el sentido más propio de la expresión. Y no queremos decir que se trate de un documental sobre la naturaleza, aunque también podría calificarse como tal. No, esta es una cinta en la que el propio delta es el protagonista, y las personas que viven alrededor de él son los personajes secundarios.

La película arranca a finales de otoño y termina a principios de primavera, una época en la que la vida en el delta es especialmente dura. Los granjeros cosechan el poco trigo que queda, y los pescadores se dan prisa por atrapar tantos peces como sea posible con sus redes antes de que se congele el río. Beben y fuman mucho, y bromean entre ellos, a menudo de forma muy vulgar. Pero esta atmósfera relajada y alegre esconde al tiempo que revela sus estados de ánimo reales, que se ensombrecen a medida que los días se acortan y bajan las temperaturas.

Cuando cae la primera nevada y el río empieza a helarse, cada vez es más difícil conseguir comida fresca, así que un granjero mata una cabra (mayormente fuera de plano, para alivio de los espectadores más impresionables) mientras su vecino, que no soporta ver sangre, pregunta si es posible hacer gelatina con el animal.

También se nos muestran las tradiciones locales: los preparativos de un funeral en el río y las celebraciones de Navidad, de carácter cristiano ortodoxo pero con algunos elementos innegablemente paganos. Este es un lugar en el que el tiempo se ha detenido y el hombre todavía está sometido a la naturaleza. 

El film no tiene banda sonora, y apenas hay diálogo; las pocas conversaciones, incluyendo la historia íntima de una anciana, que se narra mediante voz en off, ayuda más a establecer y respaldar la atmósfera y el estado mental de los lugareños que a contar una historia en el sentido tradicional. Hasta los desmejorados rostros de los viejos (no hay muchos jóvenes en la película, y no es de extrañar que se hayan ido a las grandes ciudades) se presentan como el resultado de la vida en el delta, al igual que su alcoholismo crónico y sempiterno tabaquismo.

El metraje es de una gran belleza, aun cuando se muestran imágenes objetivamente feas. Los colores cambian con el avance del invierno, desde los suaves amarillos y marrones al blanco gélido y azul brillante, que contrastan con los cielos grises. La idea de vivir en el delta se traduce tan bien a la pantalla que el espectador casi puede oler la peste a excrementos de animales y basura ardiendo, así como sentir el cortante aire invernal y la textura quebradiza de la nieve bajo los pies... Puede que incluso sienta el dolor de tener los dedos congelados.

Delta es una coproducción de las compañías ucranianas Utopia Films y MAGIKA-Film, junto con la alemana Faktura Film.

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(Traducción del inglés)

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