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TORONTO 2023 Discovery

Crítica: Without Air

por 

- El primer largometraje de la cineasta húngara Katalin Moldovai explora de forma meticulosa el poder destructor de la corrección política en la enseñanza

Crítica: Without Air
Ágnes Krasznahorkai en Without Air

"Es solo una película sobre la vida de dos poetas  —Se te paga para que transmitas valores, para que marques unas pautas apropiadas a seguir". Un día, al final de una clase sobre simbolismo, una profesora de literatura decide recomendar la película Vidas al límite, de Agnieszka Holland, a sus alumnos de 17 años, una acción que acaba desencadenando en una reacción hostil por parte del padre de uno de sus alumnos. Con su ópera prima, Without Air [+lee también:
tráiler
entrevista: Katalin Moldovai
ficha de la película
]
, presentada en la sección Discovery de la 48.ª edición del Festival de Toronto, la directora húngara Katalin Moldovai —que ya destacó en la competición de cortometrajes de la Cinéfondation de Cannes 2019— disecciona metódicamente las consecuencias de una recomendación que se sale del guion de una forma aparentemente insignificante y acaba por derivar en una cadena de pequeños acontecimientos cada vez más inhabilitantes, de manera que arrasa con todo a su paso al compás de la implacable mentalidad mafiosa —ya sea por convicción o por prudencia— y la dictadura de la corrección política. Evidentemente, todos estos dramáticos sucesos conducen al espectador a un debate más amplio sobre la libertad de pensamiento y de expresión.

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Los tiempos que corren van bien servidos de problemas de extrema gravedad, como la espada de Damocles del calentamiento global, cuyos detalles acaparan todos los programas de radio que Ana (una impecable Ágnes Krasznahorkai) escucha cada día en el coche de camino al instituto Balassi en el que trabaja como profesora. La apasionada profesora de literatura Ana —muy querida tanto por sus alumnos como por el director del instituto (el rumano Tünde Skovrán)—, cuyo día a día se caracteriza por las clases que imparte en el instituto, las videollamadas con un novio que lleva un año fuera trabajando en un hospital del extranjero y no hace más que intentar convencerla para que se vaya a vivir con él, y el tiempo que pasa cuidando de su anciana madre —cuya mente empieza a flaquear—, no se hace una idea del calvario que está a punto de vivir. "Un padre cree que te has pasado de la raya  —Pero si es lo que hago todos los años, y nunca ha habido ningún problema. ¿O es que ahora lo ves como un problema?" Una cosa lleva a la otra, y la denuncia presentada por el influyente padre de su alumno Victor (Soma Sándor) abrirá los ojos de Ana al mundo que la rodea...

A través de un retrato clínicamente preciso del proceso de ostracismo de un individuo y sus mecanismos sociales, Katalin Moldovai (que escribió el guion junto con Zita Palóczi) se toma el tiempo necesario para examinar detallada y cuidadosamente todos y cada uno de los pasos y matices de la película, entre los que se encuentran la severa contraposición ideológica que elimina por completo toda posibilidad de diálogo, los celos entre compañeros de profesión, los apoyos arriesgados, el giro de la jerarquía inmediata al verse amenazada por los recortes presupuestarios de las autoridades municipales, el conformismo pusilánime de unas comisiones de investigación que se escudan en reglamentos ("limitaos a enseñar lo que aparece en los libros de texto"), la presión de los medios de comunicación, la utilización insidiosa —incluso perversa— de los alumnos llamados a declarar, etc. Al optar por no dramatizar nunca en exceso la historia y dar cabida a la vida cotidiana profesional de la profesora (a través de los ensayos para un espectáculo), la directora consigue tejer una ópera prima muy cohesionada tanto en la forma como en el contenido, un largometraje cuyo estudio de un microcosmos transmite una gran cantidad de información simbólica sobre temas tan actuales y atemporales como la educación, la libertad y la norma.

Without Air ha sido producida por la rumana Spotfilm y las húngaras Magma Cinema y Salamandra Film. Las ventas internacionales corren a cargo de NFI World Sales.

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(Traducción del francés)

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