11/11/2003

El joven Josef Fares vuelve al cine tras la buena experiencia de Jalla!Jalla!, con la cual en el 2002 arrasó en las taquillas de media Europa, coronándose como el ‘rey de la comedia’. A tres años de distancia, el mago del bajo presupuesto, repite con Kops, alcanzando el primer puesto de taquilla nacional, con una recaudación de cerca de 15 millones de dólares, obligando a la Columbia a adquirir los derechos de distribución en territorio americano.
Intérpretes de este sulfúreo y surrealista nuevo capítulo cinematográfico, el cineasta libanés de origen sueco de adopción, son una vez más, su hermano Fares Fares y Torkel Peterssonn, en el papel de dos policías de un minúsculo pueblo de Suecia, en el que no existe delincuencia alguna. Obligados a rendir cuentas con la inspectora, venida desde Estocolmo, les comunica que la comisaría se cerrará en tres meses, los dos héroes, juntos a sus compañeros, intentarán hacer todo lo posible para aumentar la tasa de criminalidad, simulando los peores crímenes. “En Suecia, la criminalidad no es tan alta como en el resto de los países europeos”, ha dicho el director de 25 años en una conferencia de prensa en Roma, con motivo del estreno italiano de la película, previsto el 14 de noviembre, “y es cierto que un cierto número de comisarías de policía de algunas pequeñas ciudades, han sido cerradas por razones económicas”.

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A la realidad, más o menos dramática ligada a la pérdida del trabajo y de la seguridad económica y personal, se une la ficción que Fares, esta vez, construye a través de una onírica mezcla de géneros, en el cual se ven claramente referencias cinematográficas Made in USA. Desde Regreso al futuro a Minority Report, pasando por American Psycho y Terminator, el joven cineasta hace una llamada a sus mitos de adolescente, creando una obra excéntrica pero fascinante. “No se trata de una parodia. Citar las películas con las que he crecido y a las que he amado tanto, es más bien un homenaje”.
Producida, una vez más por MEMFIS, con la colaboración de Zentropa de Lars von Trier y por la sociedad de Lukas Moodysson, la película ha sido una vez más de bajo presupuesto, si bien los gastos con respecto a la película precedente han sido el doble, pasando de un millón de euros de Jalla!Jalla! a los 2,2 millones, debido sobre todo a los numerosos efectos especiales utilizados en la fase de post-producción.

(Traducción del italiano)