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CANNES 2007 Competición

Sokurov y la madre Rusia

por 

Una abuela visita durante algunos días a su nieto, oficial en una unidad militar en Chechenia, y entabla amistad con un grupo de abuelas chechenas. Sin mostrar el conflicto, pero dejándolo intuir detrás y dentro de los personajes, el gran realizador ruso Alexandre Sokurov enfrenta el tema de la ocupación del ejército ruso en la república independiente desembocando en un tema universal y eterno, el de la guerra devastadora.

Después de haber descrito con su trilogía del terror (Moloch sobre Hitler, Taurus sobre Stalin, "The sun" sobre el emperador Hirohito) a los partidarios del horror, Sokurov sublima en 92 minutos lo indecible de ese horror con Alexandra [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
(producido por Proline con la sociedad francesa Rezo). Para hacerlo, adopta a una leyenda de la ópera rusa, Galina Vishnevskaya, solista del Bolshoi, mujer del gran músico Mstislav Rostropovich y condecorada en su época con el título de Artista Popular de la URSS.

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Un símbolo entonces, capaz de interpretar completamente a la mujer rusa voluble y sensible, a la Gran Madre Rusia, capaz de abrir los corazones de aquellos jóvenes soldados enviados a un frente que, desde 1994, se ha cobrado 80.000 víctimas.

Sokurov da a la mujer su mismo nombre, Alexandra, para poder fijar mejor su mirada, y la hace circular libremente en la base militar en Chechenia -haciendo preguntas, exigiendo respuestas, psicoanalizando a los tímidos soldados- y fuera del campo, demostrando que los destinos de aquellas madres chechenas son comunes al suyo.

"En este filme hablamos de constantes. No solamente constantes rusas. La heroína podría ser una mujer americana que encuentra a su nieto en Irak, o una inglesa en Afganistán. Conozco el terrible precio que Chechenia ha pagado por la paz, conozco los crímenes llevados a cabo y la dureza de los hombres en tiempo de guerra. Pero la guerra ha terminado y debemos reconciliarnos los unos con los otros. El filme es una obra de ficción, no un acto político. Buscamos la manera de que la gente se vuelva a acercar, y la encontramos", escribe el realizador en el press-book (no está presente en Cannes), expresando su apasionada defensa de los valores humanos y su profunda devoción por el cine. El objetivo de su aparato se detiene con delicadeza sobre caras bellas y dulces, y el nombre de Vladimir Putin es relegado en un ángulo de nuestro cerebro.

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(Traducción del italiano)

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