05/09/2007

Tras el título de novela de formación, Il passaggio della linea (lit. “El viaje de la línea”), de Pietro Marcello (segundo título italiano en Orizzonti doc) sube a bordo de los trenes que recorren la península: la mayoría nocturnos, estos trenes a menudo llevan a casa o al trabajo al un ejército de personas que hacen diariamente ese trayecto, una humanidad diversa que se mezcla en los mismos vagones y de asoma a las mismas ventanillas.

Arturo Nicolodi es el campeón de esta humanidad: libre pensador incluso a costa de ser arrestado, lleva algunos años durmiendo en los trenes. La vida, dice en la película, le ha llevado a ser un mendigo y él se ha adaptado (“sigo el flujo de mi existencia”), durmiendo en los trenes, que es “mejor que vivir en un albergue”.

Si la voz de este hombre de noventa años es aún nítida, el crisol de etnias, condiciones sociales y dialectos hace de cada tren una torre de Babel que en más de una ocasión obliga al espectador italiano a leer los subtítulos en inglés, en el intento de descifrar la mezcla de voces. Y de sonidos: porque el sonido de estos vagones en extinción sobre las vías nos recuerdan a cuando los viajes eran ruidosos y los sonidos de los aeropuertos eran privilegio de unos pocos.

Producida por Indigo Film (también presente en la Mostra con Bianciardi! y La ragazza del lago [+lee también:
crítica
tráiler
ficha de la película]), la película de Pietro Marcello has sido realizada en asociación con Mercurio Cinematografica, con el apoyo del Libero Bizzarri Documentary Fund y de Raitre.

(Traducción del italiano)